¡Alerta, alerta Pueblo de Dios!
LOS TERRIBLES Y PERVERSOS GOLPES DEMOLEDORES DE BENEDICTO XVI CONTRA LA IGLESIA Y EL MUNDO EN EL CONCILIO VATICANO II, COMO PREFECTO DE LA DOCTRINA DE LA FE Y COMO PONTÍFICE.
Serie
· Benedicto XVI mucho peor que Francisco.
· Las Misas Tradicionales en latín que respetan las Palabras de la Consagración, logran la Transubstanciación verdadera.
· ¡Estar muy atentos porque preparan la “GRAN CONFUSIÓN”, un nuevo gran engaño, instalando nuevamente a Benedicto XVI al que muchos creen todavía, por su ignorancia, legítimo y verdadero Papa, para acelerar los Planes del anticristo Maitreya.
· Benedicto XVI pronunció muchas “herejías”, aquel que así lo hace NO es un legítimo papa.
Las Profecías del Apocalipsis en el Nuevo Testamento y las de Daniel, en el Antiguo Testamento, se están cumpliendo.
El cinismo de ‘Benedicto XVI’ fue siguiendo las consignas del Priorato de Praga al que pertenece; y ‘Francisco’, perteneciente al Priorato de Sión, son los dos papas en convivencia en el Vaticano y demoledores de la Iglesia.
Sólo que Benedicto XVI actuaba ya desde profesor de la Universidad de Tubinga y escritor de la Revista Progressio de corte "modernista"; fingió después su conversión a la Tradición con los Cardenales que formaban el bloque tradicionalista, el de los grandes valores y tesoros litúrgicos, doctrinales y magisterial de la Iglesia que seguían la Misa Tradicional del Papa San Pío V en latín. Y en el Concilio Vaticano II, como cardenal Joseph Ratzinger era la cabeza visible que infiltraba la infernal "corriente modernista".
Como Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe con Juan Pablo II, ocultó y distorsionó el Tercer Secreto de Fátima que la Virgen había dado a Sor Lucía dos Santos que advertía a los Papas y fieles:"Satanás se infiltrará en el seno de la Iglesia; llegará hasta los Más Altos Reinos de la Jerarquía en el Vaticano; y hasta la Silla de Pedro"; lo que no convenía a Ratzinger, a Tarcisio Bertone, ni a toda la jerarquía masónica de corte modernista infiltrada hasta la Cúpula Vaticana que se supiera, por ello Ratzinger ocultó y distorsionó este Secreto y mandó encarcelar en el Convento de Coimbra, prohibiendo toda visita a Sor Lucía (a quien suplantaron además con una falsa Lucía), porque abriría los ojos a todos los sectores integrantes de la Sacra Institución fundada por Cristo y no prosperaría igualmente la demolición de la Iglesia.
Pero hasta hoy, los católicos parecen no haber descubierto la trama que están haciendo en el Vaticano, no se percatan fieles, sacerdotes ni jerarcas de buena fe, que con fidelidad son seguidores de Jesús y de la Virgen María, Reina, Madre y Maestra de la Iglesia.
Benedicto XVI, judío y sectario, promovió, junto con su grupo infiltrado hasta los Más Altos Reinos de la Jerarquía como advertía el Secreto, que pugnaran por continuar con las metas perversas para destruir a la Iglesia, en especial a través de la Santa Misa -el Ordo Missae de San Pío V-, tramada por los rabinos del Priorato de Praga ya desde antes el Concilio Vaticano II, y por eso convencieron a Juan XXIII de convocar este Concilio que no hacía falta, para asestar los cambios e impulsar el modernismo que querían.
Ya como papa; y tras tantos golpes demoledores contra la Esposa de Cristo que es la Iglesia, Benedicto XVI afirmó que "eso mismo debería procurar su sucesor, seguir demoliéndola".
Sólo que Benedicto XVI actuaba ya desde profesor de la Universidad de Tubinga y escritor de la Revista Progressio de corte "modernista"; fingió después su conversión a la Tradición con los Cardenales que formaban el bloque tradicionalista, el de los grandes valores y tesoros litúrgicos, doctrinales y magisterial de la Iglesia que seguían la Misa Tradicional del Papa San Pío V en latín. Y en el Concilio Vaticano II, como cardenal Joseph Ratzinger era la cabeza visible que infiltraba la infernal "corriente modernista".
Como Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe con Juan Pablo II, ocultó y distorsionó el Tercer Secreto de Fátima que la Virgen había dado a Sor Lucía dos Santos que advertía a los Papas y fieles:"Satanás se infiltrará en el seno de la Iglesia; llegará hasta los Más Altos Reinos de la Jerarquía en el Vaticano; y hasta la Silla de Pedro"; lo que no convenía a Ratzinger, a Tarcisio Bertone, ni a toda la jerarquía masónica de corte modernista infiltrada hasta la Cúpula Vaticana que se supiera, por ello Ratzinger ocultó y distorsionó este Secreto y mandó encarcelar en el Convento de Coimbra, prohibiendo toda visita a Sor Lucía (a quien suplantaron además con una falsa Lucía), porque abriría los ojos a todos los sectores integrantes de la Sacra Institución fundada por Cristo y no prosperaría igualmente la demolición de la Iglesia.
Pero hasta hoy, los católicos parecen no haber descubierto la trama que están haciendo en el Vaticano, no se percatan fieles, sacerdotes ni jerarcas de buena fe, que con fidelidad son seguidores de Jesús y de la Virgen María, Reina, Madre y Maestra de la Iglesia.
Benedicto XVI, judío y sectario, promovió, junto con su grupo infiltrado hasta los Más Altos Reinos de la Jerarquía como advertía el Secreto, que pugnaran por continuar con las metas perversas para destruir a la Iglesia, en especial a través de la Santa Misa -el Ordo Missae de San Pío V-, tramada por los rabinos del Priorato de Praga ya desde antes el Concilio Vaticano II, y por eso convencieron a Juan XXIII de convocar este Concilio que no hacía falta, para asestar los cambios e impulsar el modernismo que querían.
Ya como papa; y tras tantos golpes demoledores contra la Esposa de Cristo que es la Iglesia, Benedicto XVI afirmó que "eso mismo debería procurar su sucesor, seguir demoliéndola".
Los contundentes y estratégicos golpes contra el Sacramento de la Eucaristía, abarca no solo el aspecto de adoración a la misma, más bien se enfilaba arteramente contra la Santa Misa o Eterno Sacrificio; y durante el Concilio metieron seis "pastores protestantes" para modificar el Ordo Missae y darle el fondo protestante, y hasta usaron el mismo lenguaje que identifica el movimiento illuminati del Nuevo Orden Mundial o Novus Ordo Seclorum, denominando a la misa modernista Novus Ordo Missae.
Los golpes demoledores siguieron, Benedicto XVI alcanzaba, ya como papa, la meta infernal de “suprimir el Eterno Sacrifico”, que se ha convertido, sin darse cuenta jerarcas, sacerdotes y fieles, que acuden a la Misa Moderna o Novus Ordo Missae, solamente en una “celebración de la Palabra”, tanto por su alejamiento de la verdadera Fe; de sus realidades espirituales divinas y de la alteración de las invariables palabras de la Consagración para que opere la Transubstanciación de pan ázimo y vino en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo Realmente Presente en las Sagradas Formas. Y ha sido trastocada en una mera celebración de la Palabra, así sea celebrada por un sacerdote, jerarca o por los mismos antipapas Benedicto XVI y Francisco, ambos, miembros activos del movimiento judío sionista de la Sinagoga de Satanás, cuyos rabinos son los creadores de las sectas “illuminati y la masonería”, quienes desean una "iglesia ecuménica del hombre y sin Dios y un Gobierno Mundial que dirija el anticristo Maitreya, a quien presentarán los judíos y la jerarquía infiltrada, como el Mesías.
Así actúan Benedicto XVI y Francisco, aunque opuestos en sus intereses personales, ya que los dos detentan, con sus grupos y como lobos, el poder máximo de la Iglesia.
Así actúan Benedicto XVI y Francisco, aunque opuestos en sus intereses personales, ya que los dos detentan, con sus grupos y como lobos, el poder máximo de la Iglesia.
Mitra Cabalístico-Masónica de coronación de Benedicto XVI -con el demonio Baphomet o Pan predador sexual-.
Por eso Benedicto XVI usó una Mitra de brujería judía o magia hebraica 'desde su coronación', en la que aparece el demonio Pan (Apoc. 13,2 Pantera o Baphomet) y está llena de símbolos masónicos y conjurada con poder maligno, para corromper a los Pastores, con el abuso de las decenas de miles de crímenes de pederastia, que fueron el distintivo criminal de su astuto y maligno reinado; de convertir en víctimas para Lucifer y Satanás a quienes sufrieron y padecen todavía de la pederastia jerárquica y clerical, porque con estas prácticas de perversión sexual, que favorece también el demonio Rhá (el de los Obeliscos como los de la Plaza de San Pedro, Washington D.C. y Buenos Aires, entre muchos más lugares donde ha crecido el movimiento rabínico illuminati LGBTI).
Estos demonios entran en las personas sin el consentimiento de las víctimas, trastornando el sentimiento de identidad y vida sexual de sus víctimas, que han sido decenas de miles desde que Benedicto XVI fue papa y cabeza del Lobby Gay Vaticano.
Al dejar sin la Transubstanciación que operaba para alimentarnos del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Santa Misa que protegía toda la Tierra, si os fijáis bien, “la maldad se extendió por todo el Planeta", pues Benedicto XVI a partir del tercer mes de su desastrozo pontificado, dejó intencionalmente al Mundo y a los fieles de la Iglesia, sin la protección que nos brindaba la Preciosa Sangre de Cristo, subrayamos, con la Transubstanciación de la hostia y el vino, en el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo realmente presentes en la Comunión cuando las palabras correctas e invariablemente dichas, eran pronunciadas en latín. Esta es una de las razones por las que paralelamente promovieron el uso de lengua vernácula o vulgar, para ir trastocando con las traducciones a los distintos idiomas que no son la lengua oficial de la Iglesia, la fórmula de la Transubstanciación, que permitía la Gracia y Fuerza Redentoras del Cuerpo y Sangre de Cristo al descender el Espíritu Santo para esta divina operación y por las manos del sacerdote.
Estos demonios entran en las personas sin el consentimiento de las víctimas, trastornando el sentimiento de identidad y vida sexual de sus víctimas, que han sido decenas de miles desde que Benedicto XVI fue papa y cabeza del Lobby Gay Vaticano.
Al dejar sin la Transubstanciación que operaba para alimentarnos del Cuerpo y de la Sangre de Cristo en la Santa Misa que protegía toda la Tierra, si os fijáis bien, “la maldad se extendió por todo el Planeta", pues Benedicto XVI a partir del tercer mes de su desastrozo pontificado, dejó intencionalmente al Mundo y a los fieles de la Iglesia, sin la protección que nos brindaba la Preciosa Sangre de Cristo, subrayamos, con la Transubstanciación de la hostia y el vino, en el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo realmente presentes en la Comunión cuando las palabras correctas e invariablemente dichas, eran pronunciadas en latín. Esta es una de las razones por las que paralelamente promovieron el uso de lengua vernácula o vulgar, para ir trastocando con las traducciones a los distintos idiomas que no son la lengua oficial de la Iglesia, la fórmula de la Transubstanciación, que permitía la Gracia y Fuerza Redentoras del Cuerpo y Sangre de Cristo al descender el Espíritu Santo para esta divina operación y por las manos del sacerdote.
La Preciosa Sangre de Jesucristo es Liberadora, Protectora y Sanadora para todos los hijos de Dios: “Todo aquél que coma Mi Cuerpo y beba Mi Sangre, ese tendrá vida eterna; y vida en abundancia”.
Esta era una de las metas más TERRIBLES que alcanzó Benedicto XVI ya siendo papa.
Una de las razones por las que distorsionó y encubrió el verdadero Tercer Secreto de Fátima, se debe a que evidenciaba la infiltración de Satanás hasta los Más Altos Reinos de la Jerarquía en el Vaticano; y hasta la Silla de Pedro”, que alcanzarían los rabinos de ese Priorato, con la infiltración previa de una jerarquía masónica y con la coronación del pérfido criminal judío Benedicto XVI, que ha seguido la consigna de su linaje rabínico del Priorato de Praga, que tenía esta meta prioritaria, además, de posicionar a los judíos sionistas, en las “sillas más altas de las Cortes y Tribunales Supremos de Justicia”.
Una de las razones por las que distorsionó y encubrió el verdadero Tercer Secreto de Fátima, se debe a que evidenciaba la infiltración de Satanás hasta los Más Altos Reinos de la Jerarquía en el Vaticano; y hasta la Silla de Pedro”, que alcanzarían los rabinos de ese Priorato, con la infiltración previa de una jerarquía masónica y con la coronación del pérfido criminal judío Benedicto XVI, que ha seguido la consigna de su linaje rabínico del Priorato de Praga, que tenía esta meta prioritaria, además, de posicionar a los judíos sionistas, en las “sillas más altas de las Cortes y Tribunales Supremos de Justicia”.
Mitra judía de Benedicto XVI con el "hexagrama" que simboliza la hechicería hebraica.
(Continúa en la Parte II: “Más de 60 razones por las que no debo acudir a la Misa Moderna”).