SENSACIONALES VÍDEOS SOBRE LOS ILLUMINATI, LA MASONERÍA
Y DE BENEDICTO XVI CON MITRA DEL DEMONIO BAPHOMET, ANUNCIANDO EL "NUEVO ORDEN MUNDIAL" QUE LIDERARÁ EL ANTICRISTO "MAITREYA"
EL SIONISMO DE LOS JUDÍOS, LA MASONERÍA Y LA IGLESIA CATÓLICA
Y DE BENEDICTO XVI CON MITRA DEL DEMONIO BAPHOMET, ANUNCIANDO EL "NUEVO ORDEN MUNDIAL" QUE LIDERARÁ EL ANTICRISTO "MAITREYA"
EL SIONISMO DE LOS JUDÍOS, LA MASONERÍA Y LA IGLESIA CATÓLICA
SEGUNDA PARTE
EL PODER OCULTO DE LA
MASONERÍA
(Obra Comentada y actualizada al 2014)
Capítulo primero
LA MASONERÍA: ENEMIGA DE LA IGLESIA
En
vista de que el tema de este Segundo Libro ha sido tratado con tal
maestría y profundidad por personalidades eminentes y copiosamente
documentadas, como Su Santidad el Papa León XIII, el Eminentísimo Cardenal José
María Caro R., Arzobispo de Santiago de Chile, por Mons. León Meurin, S.J.,
Arzobispo Obispo de Port-Louis y otros varios eruditos escritores eclesiásticos
y seglares, nos limitaremos a transcribir literalmente tan autorizadas
opiniones para no desvirtuar en lo más mínimo su gran autoridad.
Su Santidad León XIII, en su Encíclica “Humanum
Genus”, dice literalmente:
“Los
Romanos Pontífices, Nuestros Antecesores, velando solícitos por la salvación
del pueblo cristiano, conocieron bien pronto quién era y qué quería este
capital enemigo apenas asomaba entre las tinieblas de su oculta conjuración, y
cómo, declarando su santo y seña, amonestaron con previsión a Príncipes y
pueblos que no se dejaran coger en las malas artes y asechanzas preparadas para
engañarlos. Diose el primer aviso del peligro el año 1738 por el Papa Clemente
XII (Const. In eminenti, die 24 Aprilis 1738), cuya Constitución
confirmó y renovó Benedicto XIV (Const. Providas, die 18 Maii 1751), Pío
VII (Const. Ecclesiam a Iesu Christo, die 13 Septembris 1821) siguió las
huellas de ambos, y Leon XII, incluyendo en la Constitución Apostólica Quo
graviora (Cont. Apost. data die 13 martii 1825) lo decretado en
esta materia por los anteriores, lo ratificó y confirmó para siempre. Pío VIII
(Encicl. Traditi, die 21 Maii 1829), Gregorio XVI (Encicl. Mirari
vos, die 15 Augusti 1832) y Pío IX (Encicl. Qui pluribus,
die 9 Novemb. 1846; Aloc. consist. Multiplices inter, die 25
Septemb. 1865, etc.) por cierto (...) repetidas veces, hablaron
en el mismo sentido...”
“Ahora
a ejemplo de Nuestros Predecesores, hemos resuelto declararnos de frente contra
la misma sociedad masónica, contra el sistema de su doctrina, sus intentos y
manera de sentir y obrar, para más y más poner en claro su fuerza maléfica e
impedir así el contagio de tan funesta peste (...). No puede el árbol bueno dar
malos frutos, ni el árbol malo dar buenos frutos (Matth. cap. VII, v. 18), y
los frutos de la secta masónica son, además de dañosos, acerbísimos. Porque de
los certísimos indicios que hemos mencionado antes resulta el último y
principal de sus intentos, a saber: el destruir hasta los fundamentos todo el
orden religioso y civil establecido por el Cristianismo, levantando a su manera
otro nuevo con fundamentos y leyes sacadas de las entrañas del Naturalismo...”
“Sin esto, los turbulentos errores que ya
llevamos enumerados han de bastar por sí mismos para infundir a los Estados
miedo y espanto. Porque quitado el temor de Dios y el respeto a las leyes
divinas, menospreciada la autoridad de los Príncipes, consentida y legitimada
la manía de las revoluciones, sueltas con la mayor licencia las pasiones
populares, sin otro freno que la pena, ha de seguirse por fuerza universal
mudanza y trastorno. Y aún precisamente esta mudanza y trastorno es lo que
muy de pensado maquinan y ostentan de consuno muchas sociedades de comunistas y
socialistas, a cuyos designios no podrá decirse ajena la secta de los masones, como que
favorecen en gran manera sus intentos y conviene con ellas en los principales
dogmas...”
“Sea
como quiera, ante un mal tan grave y ya tan extendido, lo que a Nos toca,
Venerables Hermanos, es aplicarnos con toda el alma en busca de remedios. Y
porque sabemos que la mejor y más firme esperanza de remedio está puesta en la
virtud de la religión divina, tanto más odiada de los masones cuanto más
temida, juzgamos ser lo principal el servirnos contra el común enemigo de esta
virtud tan saludable. Así que todo lo que decretaron todos los Romanos
Pontífices, Nuestros Antecesores, para impedir las tentativas y los esfuerzos
de la secta masónica, cuanto sancionaron para alejar a los hombres de
semejantes sociedades o sacarlos de ellas, todas y cada una de estas cosas
damos por ratificadas y las confirmamos con Nuestra autoridad apostólica” (1).
Como se ve,
tanto Su Santidad el Papa León XIII como varios Sumos Pontífices anteriores son
muy claros al condenar la masonería, reconociendo asimismo sus intentos de
destruir a la Cristiandad, aliada con socialistas y comunistas. ¿Y
quiénes dirigen la masonería? Como lo demostraremos en los capítulos
siguientes, son los mismos que dirigen al socialismo, es decir: los judíos.
Capítulo segundo
LOS JUDÍOS: FUNDADORES DE LA MASONERÍA
“Desenmascarar
a la masonería es vencerla”, dijo León
XIII. Si la desnudamos de sus velos, todo espíritu recto, todo corazón honrado
se apartará de ella con horror; y por este solo hecho caerá anonadada y
execrada por los mismos que la obedecen.
El
Ilustre sabio jesuita Monseñor León Meurin, S.J., Arzobispo Obispo de
Port-Louis, en su laboriosísima obra “Simbolismo
de la Masonería”, nos
demuestra con documentación aplastante que los judíos son los fundadores,
organizadores y dirigentes de la masonería, la cual utilizan para lograr el
dominio mundial, destruir a la Santa Iglesia Católica y demás religiones
existentes. Entre la autorizada
bibliografía que presenta al respecto figuran algunas citas que mencionaremos a
continuación:
“El Primer Consejo Supremo, como ya hemos dicho, fue
constituido el 31 de mayo de 1801, en Charleston, grado 33 de latitud norte,
bajo la presidencia del judío Isaac Long, hecho Inspector General por el judío
Moisés Cohen, que había
recibido su grado en Spitzer, de Hyes, de Franken y del judío
Morin” (2).
“Eran pues
judíos los fundadores del primer Gran Consejo que había de convertirse en el
centro de la masonería cosmopolita. Y lo situaron en América, en una ciudad
elegida precisamente en el grado 33 de latitud norte. El Jefe Supremo vive
desde 1801 en Charleston. Este jefe era en 1889 Albert Pike, a quien ya hemos
nombrado en su Carta Encíclica, fechada el 14 de julio de 1889, aniversario y
centenario célebres, él toma los títulos de cada uno de los 33 grados y añade
los siguientes: `Muy Poderoso Soberano Comendador, Gran Maestre del Supremo
Consejo de Charleston, Primer Consejo Supremo del Globo, Gran Maestre
Conservador del Palladium Sagrado, Soberano Pontífice de la Masonería
Universal´. Con estos títulos pomposos, publicó su carta Encíclica, en el año
trigésimo primero de su pontificado, asistido por diez Ilustrísimos, Muy
Iluminados y Muy Sublimes hermanos, Soberanos Grandes Inspectores Generales,
Magos Elegidos, que componente el Serenísimo Gran Colegio de los masones eméritos, Consejo de la Falange
de Selección y del Batallón Sagrado de la Orden” (3).
“La Encíclica
enumera a los 23 Consejeros Supremos `engendrados´ hasta el presente, ya
directamente, ya indirectamente, por el de Charleston, esparcidos por el mundo
entero. Luego enumera cien Grandes Orientes y Grandes Logias de todos los Ritos
en comunicación con el Supremo Consejo de Charleston como soberana Potencia
masónica; por ejemplo, el Gran Oriente de Francia, el Consejo General del Rito
de Misrain, el Gran Consejo de los masones Oddfellows, etc. De lo que antecede
hemos de concluir que la Masonería es una sobre todo el globo, con formas
innumerables, pero bajo la dirección suprema del Soberano Pontífice de
Charleston...” (4).
Los
ritos y símbolos de la masonería y de otras sociedades secretas recuerdan
constantemente la cábala y el judaísmo: la reconstrucción del Templo de Salomón, la
estrella de David, el sello de Salomón, los nombres de los diferentes grados,
como por ejemplo: Caballero Kadosh (“Kadosh” en hebreo significa santo),
Príncipe de Jerusalén, Príncipe de Líbano, Caballero de la serpiente de Airain,
etc. Y la plegaria de los masones ingleses, adoptada en una reunión celebrada
en 1663, ¿no recuerda de una manera evidente el judaísmo? (5).
“Finalmente la masonería escocesa se servía de la
Era judía; por ejemplo, un libro del masón americano Pike (6), escrito en 1881,
está fechado en el `anno mundi 5641´. Actualmente no se conserva esta
cronología sino en los altos grados, mientras que los masones añaden
generalmente cuatro mil años en la Era cristiana y no 3760 como los judíos” (7).
El
sabio rabino Benamozegh escribe lo que sigue:
“Los que quieran tomarse el trabajo de examinar
cuidadosamente las cuestiones de las relaciones entre el judaísmo y la
francmasonería filosófica, la teosofía y los misterios en general, perderán un
poco de su soberbio desdén por la Cábala. Cesarán de sonreír despectivamente
ante la idea de que la teología cabalística puede tener una misión que cumplir
en la transformación religiosa del porvenir” (8).
¿Quiénes
son los verdaderos dirigentes de la masonería? Este es uno de los misterios de
la secta, uno de los secretos más cuidadosamente guardados; pero
puede asegurarse que el trabajo masónico en el mundo entero se desarrolla de
acuerdo con un mismo y único plan, que sus medios son siempre y en todas partes
idénticos, y que los fines perseguidos son constantemente los mismos. Esto nos
induce a creer que existe un centro único que dirige todos los movimientos de
la secta.
Más
adelante abordaremos esta cuestión, pero recordemos que la “Carta de Colonia”
fechada el 24 de junio de 1535 hablaba de un director de la masonería: el Gran
Maestre Patriarca que aunque conocido por muy pocos hermanos existe en
realidad; y Gougenot des Mousseaux indica que “esta selección de la Orden, estos jefes efectivos
que muy pocos iniciados conocen, funcionan en la provechosa y secreta
dependencia de los cabalistas israelitas”, y que los verdaderos
jefes de la masonería son “los amigos, los
auxiliares, los vasallos del judío a quien acatan como soberano señor” (9).*
El papa "Francisco" con rabinos, celebra el Hanukka en Argentina, él pertenece al "movimiento sionista".
"Francisco" rodeado de rabinos y bajo su influencia desde niño en Argentina, ahora sigue sus instrucciones en el Vaticano.
Vídeo sobre los Illuminati, la secta madre o Pulpo cuyos tentáculos son las demás sectas. Los Illuminati (Portadores de luz infernal) financian y protegen en Londres al Anticristo Maitreya, el Devastador Demoledor denunciado por el Profeta Daniel desde el Antiguo Testamento, cuyo reino durará 3.5 años liderando el Gobierno Mundial del New World Order o Nuevo Orden Mundial anunciado en el simbolismo de los billetes norteamericanos de un dólar. La capital Washington es la sede donde radican los poderes políticos de los Estados Unidos y es al mismo tiempo, la sede del Templo de los Illuminati.
*Tal como
hacen Joseph Ratzinger Peintner, “Benedicto XVI, papa judío” descendiente del
rabinato de Praga; y Jorge Mario Bergoglio Sivori, papa “Francisco”, pro-sionista,
rodeado e influenciado desde su infancia por el rabinato de Argentina. A este
respecto ver el análisis simbólico de las Mitras cabalístico-masónicas de
Benedicto XVI que ha usado también Francisco. La Mitra de coronación de
Benedicto XVI alude directamente a Pan o Baphomet, demonio predador sexual y
corruptor de jerarcas, sacerdotes y fieles; y a Lucifer, Emperador de los
infiernos, lo que explica la propagación y encubrimiento de los crímenes de
pederastia clerical tan extendidos en su pontificado bajo el documento secreto,
suscrito por Joseph Ratzinger como Decreto del
“Delito de Sollicitationis” desde que fungió como
Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe; y por otra parte, el análisis de la simbología masónico-cabalística
de la Mitra plenamente identificada con la Estrella de David, marcando claramente el poder de los judíos infiltrado en
la cúpula de la Iglesia Católica y la práctica de la brujería con el hexagrama
de seis puntas en triángulo, habiendo usurpado la Silla de Pedro. Poderes de
las Mitras imponiendo el espíritu judaizante sobre los Más Altos Reinos de la
Jerarquía en el Vaticano, por ello el Tercer Secreto de Fátima, cuyo bloqueo
fue encabezado por el cardenal judío Joseph Ratzinger porque denunciaba que “Satanás se
infiltraría en el seno de la Iglesia; llegaría hasta los Más Altos Reinos de la
Jerarquía en el Vaticano; y hasta la Silla de Pedro” (**) y
que confirmó el Papa Paulo VI al declarar en una Misa la “infiltración del humo del infierno en
el seno de la Iglesia” (**), cuyo llamado y denuncia nadie
entendió. Poco después, Paulo VI sería secuestrado en el mismo Vaticano; y
subsecuentemente le pondrían los jerarcas masones infiltrados, “un doble o socia” para manipular el
Concilio “Ecuménico” Vaticano II y al Vaticano entero.
(**) Las verdades ocultas del Concilio Ecuménico Vaticano II http://concilioecumenicovaticanoii.blogspot.mx
La importancia de este simbolismo judeo masónico queda entonces rebelado en las Mitras cabalístico-judío-masónicas usadas por los últimos “dos papas” en plena convivencia. Estamos frente a dos papas que son agentes pertenecientes al “plan sionista”, actuando para consolidar la “iglesia ecuménica”, como lacayos al servicio del anticristo Maitreya, de culto hindú –con el Buda Maitreya, este es sin duda el verdadero ídolo de la Abominación, que será puesto en suplantación de los actuales Sagrarios o Tabernáculos donde se reserva el Cuerpo de Cristo-.
Ángeles y Demonios al descubierto (No es ficción)
La importancia de este simbolismo judeo masónico queda entonces rebelado en las Mitras cabalístico-judío-masónicas usadas por los últimos “dos papas” en plena convivencia. Estamos frente a dos papas que son agentes pertenecientes al “plan sionista”, actuando para consolidar la “iglesia ecuménica”, como lacayos al servicio del anticristo Maitreya, de culto hindú –con el Buda Maitreya, este es sin duda el verdadero ídolo de la Abominación, que será puesto en suplantación de los actuales Sagrarios o Tabernáculos donde se reserva el Cuerpo de Cristo-.
Ambos papas
son fuertes promotores del Nuevo Orden Mundial, mediante la integración del
“Gobierno Mundial” impulsado por los Illuminati y los masones, entre otros
grupos sectarios. Este “Novus Ordo
Seclorum” o “New World Order”, surgirá
muy pronto de la plataforma formada por los judíos: la “Comunidad
Económica Europea”. Este Nuevo
Orden Mundial consiste en un gobierno internacional despótico y tiránico; y
ya es proclamado por los gobernantes, los reyes; y ahora, por los “papas sionistas” coludidos con la judería
rabínica y masónica.
Benedicto XVI, papa judío alemán, usando la Mitra cabalístico-masónica en su proclamación del Nuevo Orden Mundial.
En el
capítulo 12 del Apocalipsis, los representantes de las logias masónicas y del
poder político están simbolizados en los “diez cuernos” –las logias masónicas- y en las “coronas o diademas” están
simbolizadas las naciones o países-, todos
en alianza y bajo la protección del “dragón
rojo Leviatán”, enemistado contra “la
Mujer vestida del Sol, la Virgen del Apocalipsis o La Guadalupana”. Aquí
estamos ante el simbolismo bíblico y auténtico del libro de las Revelaciones.
De
la misma opinión sobre el simbolismo masónico participan Eckert, Drumont,
Deschamps, Monseñor Jouin, Lambelin y otros conocedores de las cuestiones
masónicas y judías.
Dejemos
a un lado las enseñanzas dogmáticas de la masonería y del hebraísmo y
examinemos las alianzas entre el judaísmo y la masonería desde el punto de
vista meramente práctico y real. Discurriendo con lógica no puede menos que
aceptarse la conclusión siguiente formulada por L. de Poncins en “Las
fuerzas secretas de la revolución”:
“La universalidad de la Francmasonería, su duración, la invariabilidad de sus
fines, que se explican perfectamente si se trata de una creación judía para
servir a intereses judíos, serían absolutamente incomprensibles si su origen
fuera cristiano. La misma finalidad de la Francmasonería, la destrucción de la
civilización cristiana, nos descubre al judío, porque sólo el judío puede
resultar beneficiado y únicamente el judío está animado de un odio
suficientemente violento contra el Cristianismo, para crear una organización
semejante”.
Prosigue
Poncins:
“La Francmasonería es una sociedad secreta. Está
dirigida por una minoría internacional. Ha jurado un odio implacable al
Cristianismo. Estos tres rasgos característicos son precisamente los mismos
que definen al judaísmo y constituye la demostración de que los judíos son el
elemento director de las logias” (10).
La
“Revue Internationale des Sociétés Secretès” informaba en 1926 que:
“Ya en 1867 se organiza la “Liga Internacional permanente de la Paz” y su secretario el
judío Passy esboza la idea de un tribunal para zanjar sin apelación todos los
conflictos entre las naciones” (11).
LA SOCIEDAD DE LAS NACIONES: OBRA JUDÍA.
Bandera de la Comunidad Económico Europea que se transformará en el Gobierno Mundial, del Nuevo Orden Mundial, Novus Ordo Seclorum o New World Order de la secta judía de los illuminati y los Prioratos de Sión y el de Praga.
Benedicto XVI, miembro del Priorato de Praga, haciendo "señas satánicas" en diversas ocasiones.
El
periódico “Los Archivos Israelitas” soñaba con un tribunal análogo en
1864.
“¿No es natural y aún necesario –escribía un tal
Levy Bing- que veamos pronto establecido otro tribunal, un tribunal supremo al
que se sometan los grandes conflictos públicos, las querellas entre nación y
nación, que juzgue en última instancia y cuya última palabra haga fe? Esta
palabra será la palabra de Dios, pronunciada por sus hijos primogénitos (los
hebreos), y ante la cual se inclinará con respeto la universalidad de los
hombres, nuestros hermanos, nuestros amigos, nuestros discípulos” (12).
Tales
son los sueños de Israel. Como siempre, coinciden con los de la masonería. El “Almanaque
de los Francmasones”, escribe: “Cuando
se haya establecido la república en toda la vieja Europa...será cuando reine
Israel en autócrata sobre esta vieja Europa”
(13).
En
el Congreso Universal de la Juventud Judía celebrado el 4 de agosto de 1926,
proclamaba el masón H. Justin Godard que los judíos son “el más firme sostén de la
Sociedad de las Naciones, que les debe su existencia” (14).
Aún
precisa más el judío Cassin:
“El renacimiento del Sionismo es obra de la Sociedad
de las Naciones (15). Por eso las organizaciones judías se presentan como
defensoras de la Sociedad de las Naciones y por eso los representantes del
pueblo elegido pululan en Ginebra” (16).
El
Eminentísimo Cardenal José María Caro, Arzobispo de Santiago y Primado de
Chile, también en su documentada obra “El misterio de la masonería”,
demuestra que son los judíos quienes dirigen a dicha secta con el objeto de
dominar al mundo y aniquilar a la Santa Iglesia. En relación a su origen
afirma:
“El Ritual masónico denuncia con evidencia su origen
judío: los símbolos, comenzando por la misma Biblia, el escudo de armas, en que
se trata de desplegar heráldicamente las varias formas de los querubines
descritos en la segunda visión de Ezequiel, un buey, un hombre, un león y un
águila, las dos columnas del templo masónico, recuerdo este último del templo de Salomón; la reconstrucción del templo, que es la
obra masónica, etc. Las leyendas y catecismos, tomados de gran parte de la
Biblia, tergiversándola casi siempre al saber masónico, especialmente la
leyenda de Hiram, que tan importante papel desempeña en el ritual masónico.
Las palabras o términos usuales, como los nombres de las columnas, Boaz y
Jakin, “las palabras de reconocimiento y de pase”, v.gr., Tubalcaín,
Schiboleth, Mac-benac, Giblim o Moabon, Nekum o Nekam, Abibalc, etc. La
importancia que se da a los números, cosa muy propia de la Cábala, es también
otro testimonio de la influencia cabalística en la masonería”.
“Finalmente,
los hechos, el reinado de terror, la explosión de odio satánico contra la
Iglesia, contra N.S. Jesucristo, las horribles blasfemias en que prorrumpían
los revolucionarios masones de Francia, no son más que la expresión y el
cumplimiento de las aspiraciones de las sectas cabalísticas y secretas que
durante tantos siglos venían trabajando secretamente en contra del Cristianismo. Lo que los
bolchevistas, judíos en su mayor parte, hacen ahora en Rusia contra el
Cristianismo, no es más que otra edición de lo que hicieron los masones en la
Revolución Francesa. Los ejecutores son distintos; la doctrina que mueve y
autoriza y la dirección es la misma”
(17).
Capítulo tercero
LOS JUDÍOS: DIRIGENTES DE LA MASONERÍA
El
ilustre sabio jesuita Monseñor León Meurin, Arzobispo Obispo de Port-Louis, en
su documentada obra “Filosofía de la masonería”, afirma lo siguiente:
“Los primeros
once grados de la masonería (del rito escocés) como veremos más adelante, están
destinados a transformar al `profano´ en `Hombre verdadero´,
en el sentido masónico; la segunda serie que va del grado 12 al 22 debe
consagrar al Hombre `Pontífice judío´ y la serie tercera del grado 23 al
33 ha de consagrar al Pontífice `Rey judío´ o `Emperador cabalístico´...”
“Lo
primero que sorprende al nuevo adepto a una logia es el carácter judío de todo
cuanto en ella encuentra. Desde el grado uno hasta el 30 no oye hablar sino de
la `Gran obra´, de reconstruir el templo de Salomón, del asesinato del
arquitecto Hiram-Abiff; de las dos columnas Boaz y Jakin (III, Reyes, VII, 21),
de multitud de contraseñas y palabras sagradas hebreas y de la Era judía,
añadiendo 4000 años a la nuestra, para no honrar el nacimiento del divino
Salvador”
“Tras haber
establecido firmemente a la masonería en los diversos países cristianos, los
judíos se aseguraron el predominio de los Grandes Orientes en número e
influencia. Por otra parte establecieron gran número de logias formadas
exclusivamente por judíos. Ya antes de la revolución de 1789, los hermanos
von Ecker y Eckhoffen habían fundado en Hamburgo la `Logia de Melquisedec´,
reservada a judíos. Los hebreos von Hirschfeld y Cotter crearon en Berlín a
finales del siglo XVIII la `Logia de la Tolerancia´, con el fin de
aproximar por medio de la masonería a los cristianos y a los judíos....”(18).
Luis Demetrio Valentini, Obispo del Brasil en logia masónica.
Cardenal O'Connor, de padres judíos, con dos de sus "hermanos masones" en el exterior de la Catedral de San Patricio.
Ya
desde entonces usaban los judíos el truco de aproximar a judíos y cristianos
con el fin de controlar ideológica y políticamente a estos últimos, o
desorientarlos; pero, en esa época tenían que recurrir a las “Sociedades Secretas”,
ya que las leyes y las costumbres de los estados cristianos de Europa estaban
saturadas de medidas tendientes a proteger a los cristianos en contra de los
engaños de los judíos. El citado arzobispo sigue diciendo que:
“El periódico
secreto masónico de Leipzig en su número correspondiente a octubre de 1864
decía que `el centro de las logias judías funcionaba en París, bajo la
dirección de Crémieux y el Gran Rabino´” (19).
LAS
DOCTRINAS, SÍMBOLOS Y GRADOS MASÓNICOS PROVIENEN DEL JUDAÍSMO.
El
ilustre Arzobispo Obispo de Port-Louis, hablando sobre el origen judío de las
doctrinas masónicas, dice lo siguiente:
“Los dogmas
de la masonería son los de la Cábala judía y en particular los de su libro `Zohar’
“. (Luz).
“Ello no
consta en ningún documento masónico pues es uno de los grandes secretos que los
judíos guardan para sólo conocerlos ellos mismos. Sin embargo, hemos podido
descubrirlo siguiendo los rastros del número once...”
“Es
aquí donde hemos descubierto los dogmas fundamentales de la Cábala judía
incorporados a la masonería” (20).
Y
en su obra “Simbolismo de la masonería” el citado arzobispo dice:
“En los
capítulos precedentes quedaba siempre cierto número de símbolos masónicos más o
menos inaplicables. En éste todo cuanto representa un papel en la masonería y
en su leyenda se aplica al pueblo judío con una facilidad asombrosa. En
realidad cuanto existe en la masonería es profunda, exclusiva, apasionadamente
judío desde el principio hasta el fin”.
“¿Qué
interés tienen las demás naciones en reconstruir el templo de Salomón? ¿Lo
hacen por ellas mismas o por los judíos? ¿Son estas naciones o son los judíos
quienes obtendrán de ello algún beneficio? ¿Qué ventajas representa para ellas
devorarse unas a otras a fin de que triunfen en todo el mundo los `Príncipes
de Jerusalén’ (grado 16), `Jefes del Tabernáculo´ (grado
23) o `Príncipes del Tabernáculo´ (grado 24)? ¿Se han puesto de acuerdo
las naciones para servir de escabel a los pies de los judíos? (Salmo 109) ¿Por
qué, pues, se apresuran a colocar la corona (kether) en su cabeza y el
reino (malkuth) bajo sus pies?”.
“Es tan
evidente que la masonería no es sino una herramienta en manos de los judíos, que son los
que la manejan, que uno se siente tentado a creer que los masones no judíos
pierden la inteligencia y la facultad de raciocinio el mismo día en que por
primera vez les vendan los ojos” (21).
El
Eminentísimo Cardenal Caro en su obra “El misterio de la masonería”
dice:
CONSIDERACIÓN
MASÓNICA POR LOS JUDÍOS
“En
la masonería se ha visto siempre una grande y especialísima consideración por
los judíos: cuando se habla se supersticiones jamás se menciona la religión
judía. Cuando estalló la Revolución Francesa, se pidió con instancia la
ciudadanía francesa para los judíos; rechazada una vez, se insistió en pedirla,
y fue concedida. El lector recordará que en esos días se perseguía a muerte a
los católicos. Cuando la Comuna de París, fue menester defender del saqueo la
Caja de fondos del Banco de Francia; nadie amenazó los Bancos judíos. (`La
Franc-Mau. Secte Juive¨, 60)”.
“La
masonería ha mirado con horror el antisemitismo, a tal punto, que un Hermano
antisemita, que creía de buena fe en la tolerancia de las opiniones políticas
de la masonería se presentó en Francia como candidato a diputado una vez y
salió elegido y cuando de trató de la reelección, se dieron órdenes expresas a
las logias para que se le hiciera la guerra, órdenes que no se ven casi nunca
en las logias y tuvieron que ser cumplidas”.
PREPONDERANCIA
JUDAICA EN LAS LOGIAS
“En
1862, un masón de Berlín, dándose cuenta de la preponderancia judía en las
logias, escribía en una hoja de Munich: `Hay en Alemania una sociedad secreta
de formas masónicas que está sujeta a jefes desconocidos. Los miembros de esta
asociación son en su mayor parte israelitas...´En Londres, donde se encuentra,
como se sabe, el foco de la revolución, bajo el Gran Maestre Palmerston, hay dos logias judías que
no vieron jamás a cristiano pasar sus umbrales; allí es donde se juntan todos
los hilos de los elementos revolucionarios que anidan en las Logias
Cristianas”.
“En
Roma, otra Logia enteramente compuesta de judíos, donde se reúnen todos los
hilos de las tramas urdidas en las Logias Cristianas, es el Supremo Tribunal de
la Revolución”.
“Desde
allí son dirigidas las otras logias, por jefes secretos, de modo que la mayor
parte de los revolucionarios cristianos no son más que muñecos puestos en
movimiento por judíos, mediante el misterio”.
“En
Leipzig, con ocasión de la feria que hace acudir a esa ciudad una parte de los
altos negociantes judíos y cristianos de la Europa entera, la Logia Judía
secreta es cada vez más permanente, y jamás masón cristiano ha sido recibido en
ella. He ahí lo que hace abrir los ojos a más de uno de nosotros...No hay sino
emisarios que tienen acceso a las logias judías de Hamburgo y de Francfort”.
Gougenot
des Mousseaux refiere este hecho que confirma lo anterior:
“Desde
la recrudescencia revolucionaria de 1848 me encontraba en relación con un judío
que, por vanidad, traicionaba el secreto de las sociedades secretas en las
cuales estaba asociado y que me advertía con ocho o diez días de anticipación
todas las revoluciones que iban a estallar en un punto cualquiera de Europa. Le
debo la inquebrantable convicción de que todos esos
grandes movimientos de los pueblos oprimidos, etc., son combinados por una
media docena de individuos que dan sus órdenes a las sociedades secretas de
toda Europa. El suelo
está enteramente minado bajo nuestros pies y los judíos suministran un gran
contingente a esos minadores”.
“En
1870, De Camille escribía a `Le Monde´ que una gira por Italia había
encontrado a uno de sus antiguos conocidos, masón, y habiéndole preguntado cómo
estaba la Orden, le respondió: `He dejado mi Logia de la Orden definitivamente,
porque he adquirido la convicción profunda de que no éramos sino los
instrumentos de los judíos que nos empujaban a la destrucción total del
Cristianismo’. (`La F. M. Secte Juive´, 43-46).
“Como
confirmación de lo anterior voy a transcribir una información que se encuentra
en la `Revue des Sociétés Secrètes´(págs. 118-119, 1924).
“1ª. La Internacional dorada
(plutocracia y alta finanza internacional), a cuya cabeza se encuentra: a) En América: P. Morgan, Rockefeller,
Wanderbilt y Wanderlippe (Varios de estos nombres no parecen ser de lo mejor
escogidos); b) En Europa: la casa
Rothschild y otras de orden secundario.
2ª. La Internacional roja o Unión
Internacional de la democracia social obrera. Esta comprende: a) la segunda Internacional (la de
Bélgica, judío Vandervelde); b) la
Internacional No. 2 ½ (la de Viena, judío Adler); y c) la Internacional No. 3 o
Internacional comunista (la de Moscú, judíos Apfelbaum y Radek).
A
esta hidra de tres cabezas que para más comodidad obran separadamente, se
agrega el Profintern (Oficina
Internacional de las asociaciones profesionales) que tiene su sede en Amsterdam
y dicta la palabra judaica a los sindicatos no afiliados aún al bolchevismo.
3ª.
La Internacional negra o Unión del Judaísmo de combate. El principal
papel es desempeñado en ella por la
organización universal de los Sionistas (Londres); por la
Alianza Israelita Universal fundada en parís por el judío
Crémieux; por la Orden
judía de los B´naï - Moiche (hijos
de Moisés) y las
sociedades judías `Henoloustz`, `Hitakhdoute´, `Tarbout´,
`Keren-Haessode´, y otras ciento, más o menos enmascaradas,
diseminadas en todos los países del viejo y del nuevo mundo.
4ª.
La Internacional azul o Masonería Internacional que reúne por medio de `la Logia Reunida de la Gran Bretaña´,
por medio de `la Gran Logia de Francia´ y por medio
de los Grandes Orientes de Francia, Bélgica, Italia, Turquía y de los demás
países, a todos los masones del universo. (El centro activo de esta agrupación,
como lo saben los lectores, es la Gran
Logia `Alpina´).
La Orden
judeo-masónica de los `B´naï-B´rith´, que, contra
los estatutos de las logias masónicas, no acepta sino judíos, y que cuenta en
el mundo más de 426 logias puramente judías, sirve de lazo entre todas las
Internacionales enumeradas más arriba.
Los dirigentes de la `B´naï-B´rith´
son los judíos: Morgentau, antiguo Embajador de
los Estados Unidos en Constantinopla; Brandeis, juez
supremo en los Estados Unidos; Mack,
sionista, Warburg (Félix), banquero; Elkuss; Krauss (Alfred), su primer presidente; Schiff, muerto ya,
que ha subvencionado el movimiento de emancipación de los Judíos en Rusia; Marchall (Luis), sionista.
Sabemos de
cierto, dice Webster, que los cinco poderes a que nos hemos referido –la
Masonería del Gran Oriente, la Teosofía, el Pan-Germanismo, la Finanza
Internacional y la Revolución Social- tienen una existencia muy real y ejercen
una influencia muy definida en los negocios del mundo. En esto no tratamos de
hipótesis sino de hechos basados sobre evidencia documentada...” (22)
“Los judíos han sido los más conspicuos en conexión
con la Francmasonería en Francia desde la Revolución” (23).
Capítulo cuarto
CRÍMENES DE LA MASONERÍA
Sobre
los monstruosos crímenes de esa obra maestra del judaísmo moderno que es la
masonería, dice textualmente el Excmo. Cardenal Caro:
“La
lectura del Ritual masónico deja ver, al menos en varios grados, que prepara a
sus adeptos para la venganza, la revolución y, por lo tanto, el crimen. `En
todos sus ritos´ dice Benoit, `los masones son sometidos a una educación que
les enseña, en la teoría y en la práctica, la violencia. Se les dice que la
Orden masónica tiene por fin vengar la muerte de Adonhirán, de sus tres
compañeros traidores, o la de Jacobo Molay, de sus asesinos, el Papa, el Rey y Noffodai. En un
grado, el que va a iniciarse ensaya su valor sobre el cuello y cabezas
guarnecidas de tripas llenas de sangre; en otro grado, el que va a ser recibido
debe derribar cabezas colocadas sobre una serpiente, o aun degollar un cordero
(grado 30 del Rito Escocés A.A.), creyendo matar a un hombre. Aquí debe trabar
sangrientos combates con enemigos que le disputan la vuelta a la patria; allí
hay cabezas humanas expuestas sobre estacas, hay un cadáver encerrado en un
ataúd y, alrededor, los hermanos, de duelo, conciertan la venganza´”.
“Estas
ceremonias diversas...tienen como fin enseñar a los adeptos que es por medio de
la violencia como la masonería ha de destruir a sus enemigos, los sacerdotes y
los reyes...” (24).
Pero
suspendamos por un momento la cita que transcribimos del Cardenal Caro R., para
preguntar: ¿Por qué la masonería considera sus enemigos a los sacerdotes y a
los reyes y ha luchado por destruirlos?
La
contestación la encontrará el lector a partir de la Cuarta Parte de esta obra,
en que con vasta documentación demostramos que fueron durante casi dieciocho
siglos, precisamente los sacerdotes y los reyes, quienes, una vez tras otra,
hicieron fracasar las actividades judías tendientes a dominar al mundo.
Pero
sigamos con lo que afirma el Cardenal Caro R. en su documentada obra:
“Todos
conocen el asesinato de Rossi, Ministro de Pío IX, por sus antiguos hermanos de
la Carbonaria. Todos saben que Orsini fue encargado por las logias, en 1858,
para atentar contra la vida de Napoleón III...” (el intento de asesinato fracasó).
“En el último
siglo, el caballero Lescure, que quiso renunciar a la Logia Ermenonville, fue
envenenado: `Muerto víctima de esta infame horda de los iluminados...´”.
“El 22 de
octubre de 1916 fue asesinado el conde Stürgkh, canciller de Austria. Fritz
Adler, el asesino, era masón o hijo de masón, miembro de una logia de altos
dignatarios masónicos en Suiza. En su declaración defendió el derecho de hacer
justicia por sí mismo...”.
“En
Francia, con ocasión del asunto Dreyfus, fueron asesinados el Cap. d´Attel, que
declaró contra él; el diputado Chaulin Serviniere, que había recibido de
d´Attel los detalles de la confesión de Dreyfus; el prefecto Laurenceau, que
denunció sumas de dinero enviadas al extranjero a los amigos de Dreyfus, a su
parecer para soborno; el empleado del presidio, Rocher, que sostenía haber oído
a Dreyfus confesar parcialmente su delito. El Cap. Valerio, uno de los testigos
contra Dreyfus, y el presidente Faure, que se había declarado contrario a la
revisión del proceso, desaparecieron también en breve. Todos los defensores
de Dreyfus eran masones, especialmente judíos”.
“En
Suecia, el Hermano Gustavo III fue asesinado por el H. Ankeström, Emisario de
la Gr. Log. que presidía Condorcet, según acuerdo de los masones reunidos en
1786, en Francfort sur Maine...”.
“En
Rusia, fue asesinado Pablo I, masón, que, conociendo el peligro de la
Hermandad, la prohibió estrictamente. Igual suerte y por igual motivo tuvo su
hijo Alejandro I, asesinado en Taganrog, 1825. (`Los grandes crímenes de la
masonería’. Trad.)”
ASESINATOS DE PROFANOS
“En
Francia, se les atribuye la muerte de Luis XVI. El Card. Mathieu, Arzob. de
Besançon, y Mons. Bessan, Ob. de Nimes, han referido en cartas conocidas de
todo el mundo, las revelaciones que les han sido hechas sobre la resolución
tomada en 1787, por el convento de Wilhelmsbad, de asesinar a Luis XVI y al rey
de Suecia. Estas revelaciones les habían sido hechas por dos antiguos miembros
de este convento...El asesinato del duque de Berry...el del gran patriota y
ardiente católico de Lucerna, Suiza, Leu..., han sido resueltos y ejecutados
por sectarios...”
“En
Austria, el famoso crimen de Sarajevo, ocasión de la Gran Guerra, fue
decretado, anunciado con anticipación y ejecutado a su tiempo por la masonería.
`Un suizo, alto dignatario masónico, se expresó en el año 1912, sobre este
hecho, de la siguiente manera: El heredero es un personaje de mucho talento,
LASTIMA QUE ESTE CONDENADO; MORIRÁ EN EL CAMINO AL TRONO. Madame de Tebes
anunció su muerte los dos años que la precedieron. Los principales culpables
eran en su totalidad masones´. Todo esto, dice Wicht, no es suposición, sino
hechos judicialmente comprobados que se silencian intencionalmente...”
“En
Alemania fueron asesinados el mariscal Echhorn y su ayudante, el capitán von
Dressler, el 30 de julio de 1918. El día antes el diario masónico de París. `Le
Matin´, escribía que una `sociedad secreta patriótica´ había
ofrecido un subido premio por la cabeza de Echhorn. Ya se puede suponer qué
clase de sociedad suministraría a `Le Matin´ la noticia”.
“En
Italia fue asesinado Umberto I por el anarquista Pressi, masón de una logia de
Paterson, en Nueva Jersey, Estados Unidos, aún cuando él mismo no había estado
en América...Así se ponía en práctica la explicación que en ciertos grados daban los carbonarios a la
inscripción de la cruz: I.N.R.I. `iustum necare reges Italiae´: es
justo asesinar a los reyes de Italia”.
“El
26 de marzo de 1855 cayó asesinado en Parma el duque Carlos III; el asesino
Antonio Carra, había sido escogido y estimulado por Lemni el día antes en
reunión secreta presidida por Lemni, que fue más tarde Soberano Gran Maestre de
la Masonería Italiana y mundial, según parece. Un tal Lippo había confeccionado
un maniquí para enseñar a dar golpes de puñal más terribles y el ejecutor fue
sorteado”.
“El
22 de mayo murió Fernando II de Nápoles; se le dio en una rebanada de melón un
veneno que le ocasionó una muerte horriblemente dolorosa. El autor de este
regicidio fue un francmasón afiliado a una de las ramas más criminales de la
secta, la llamada de los `Sublimes
Maestros Perfectos´. Era
discípulo de Mazzini y una de las personas más respetables de la corte.
Margiotta no se atreve a dar su nombre (Marg., A.L. 21-34). En este autor se
pueden leer innumerables crímenes más cometidos por la masonería en Italia”.
“En
Portugal fue asesinado el rey Carlos y su hijo Luis. Los masones prepararon la
caída de la monarquía. El Ven. H. Magalhaes da Lima fue a París, en diciembre
de 1907, donde el H. Moses, miembro del Consejo de la Gr. Lo. lo recibió
solemnemente. Magalhaes dio conferencias en las que anunciaba `el
hundimiento de la monarquía en Portugal, la próxima constitución de la
República´. El conocido adversario de la masonería, Abbé Tourmentin,
escribía entonces que los masones estaban preparando manifiestamente un golpe
contra la casa real portuguesa, expresando el temor de que dentro de poco se
arrojaría o se asesinaría al rey Carlos. Diez semanas después se cumplían sus
temores y Tourmentin inculpaba pública y francamente a los masones de ese asesinato.
Estos han preferido el silencio”.
“En
América. Se puede leer en Eckert algunos detalles de la persecución y del
asesinato de que fue víctima Morgan, en Estados Unidos, por querer publicar un
libro para revelar los secretos de la Masonería, y la destrucción de la
imprenta y persecución del impresor, y de otros odiosos crímenes que sucedieron
a ese asesinato, y la indignación pública que hubo al saberse todo el favor que
las autoridades, masones por lo general, prestaron a los asesinos y el favor
con que las logias los miraron. (Eckert, II, 201 y sigs.)”.
“Es
sabido también el asesinato del presidente del Ecuador, García Moreno...”.
MATANZAS, EJECUCIONES SUMARIAS Y SAQUEOS.
“Sería
necesario leer la descripción de Taine, librepensador, para tener idea de lo
que pasó en Francia cuando dominaron los masones en 1789 y tres años
siguientes: Cuenta más de 150.000 fugitivos y desterrados; 10.000 personas
muertas sin ser juzgadas en la sola provincia de Anjou; 50.000 muertos en la
sola provincia del Oeste. En 1796 el general Hoche escribía al ministro del
Interior: `No hay sino un hombre por veinte de la población de 1789´. Ha habido
hasta 400.000 detenidos a la vez en las prisiones, Más de un millón doscientos
mil particulares han sufrido en sus personas; varios millones, todos los que
poseían algo, han sufrido en sus bienes. (Taine, cit. por Benoit, F.M. II, 268,
nota)” (25).
El
que desee más datos debe leer la obra del Eminentísimo Cardenal Caro “El
misterio de la masonería”.
Capítulo Quinto
LA MASONERÍA PROPAGADORA DE LAS REVOLUCIONES
JACOBINAS
El
Arzobispo Obispo de Port-Louis, Monseñor León Meurin, en su obra “Filosofía
de la Masonería”, dice:
“En
1844, Disraeli ponía en boca del judío Sidonia las siguientes palabras (Coningsby,
VI, XV): `Desde que la sociedad inglesa ha comenzado a agitarse y sus
instituciones se ven amenazadas por asociaciones poderosas, ven ustedes a los
judíos, antes tan leales, en las filas de los revolucionarios...Esa misteriosa diplomacia rusa que tanto alarma a
los occidentales, está organizada, y en su mayor parte realizada por judíos...: la formidable revolución que se está preparando en
Alemania, cuyos efectos serán aún más grandes que los de la Reforma, se lleva a cabo totalmente bajo los
auspicios de los judíos. En el conde Cancrín, ministro de finanzas ruso,
reconozco a un judío lituano; en el ministro español señor Mendizábal, veo un
judío aragonés; en el presidente del Consejo francés mariscal Soult, reconozco
al hijo de un judío francés; en el ministro prusiano, conde de Arnim veo un
judío...Ya ve, querido Coningsby, que el mundo está gobernado por personajes
muy distintos de los que creen los que no están entre bastidores´”.
“Durante
la revolución de 1848, dirigida por el Gran Oriente de Francia, su Gran
Maestre, el judío Crémieux, llegó a ser ministro de Justicia. Este hombre fundó en 1860 la Alianza
Israelita Universal y proclamó, con inconcebible descaro en los Archivos Israelitas de 1861 (pág. 651) que `en lugar de los
Papas y los Césares, va a surgir un nuevo reino, una nueva Jerusalén´. ¡Y
nuestros buenos masones, con los ojos vendados, ayudan a los judíos en la `Gran
Obra´ de construir ese nuevo Templo de Salomón, ese nuevo Reino césaro-papista
de los cabalistas!”.
“En
1862, un masón berlinés hizo editar un folleto de ocho páginas, quejándose de
la preponderancia que los judíos tenían en las logias. Bajo el título `Signo
de los tiempos´, señalaba el peligroso carácter de las elecciones
berlinesas del 28 de abril y 6 de mayo del mencionado año. `Un elemento –decía- ha aflorado a la superficie
y ha ejercido una peligrosa influencia disolvente en todos los sentidos: el
judío. Los judíos están a la cabeza con sus escritos, palabras y acciones;
son jefes y agentes principales en todas las empresas revolucionarias, hasta la
construcción de barricadas. Bien claro se ha visto esto en Berlín, en 1848. ¿Cómo es
posible que en Berlín hayan sido elegidos 217 electores especiales judíos y que,
en dos distritos, hayan sido elegidos sólo judíos con exclusión de cualquier
otro candidato cristiano?”.
“Este
estado de cosas iba a empeorar desde entonces. Los judíos formaban la mayoría
de la Corporación municipal, de modo que Berlín podía ser llamado, con
justicia, la capital de los judíos”.
“En
la Prensa, los judíos hablan del `pueblo´ y de la `nación´, como si sólo
hubiese judíos y los cristianos no existiesen. La explicación de tal hecho
pueden darla los masones agitadores que, según el Hermano Lamartine, originaron
las revoluciones de 1789, 1830, 1848, etc, etc., declaración confirmada por el
Hermano Garnier Pagés, ministro de la República, que declaró públicamente, en
1848, que `la revolución francesa de 1848 constituía el triunfo de los
principios de la liga masónica; que Francia había recibido la iniciación
masónica, y que 40.000 masones habían prometido su ayuda para concluir la obra
gloriosa del establecimiento de la República, destinada a extenderse por toda
Europa, y, al fin, sobre toda la faz de la tierra´”.
“El
colmo de todo esto es el poder político y revolucionario de los judíos, según
las palabras de J. Weil, jefe de los masones judíos, que decía en un informe
secreto: `Ejercemos una poderosa influencia sobre los movimientos de nuestro
tiempo y del progreso de la civilización hacia la republicanización de los
pueblos´. Otro jefe masónico, el judío Louis Boerne, decía, también en un
escrito secreto: `Hemos sacudido con mano poderosa los pilares sobre los que se
asienta el viejo edificio, hasta hacerles gemir´.
“Mendizábal,
también judío, alma de la revolución española de 1820, llevó a cabo la toma de
Oporto y Lisboa y, en 1838, realizando, mediante su influencia masónica, la
revolución en España, llegando a primer ministro”.
Y
sigue diciendo el Excmo. Sr. Arzobispo:
“El
judío Mendizábal, había prometido como ministro, restaurar las precarias
finanzas de España, pero, en corto espacio de tiempo, el resultado de sus
manipulaciones fue un terrible aumento de la deuda nacional, y una gran
disminución de la renta, en tanto que él y sus amigos amasaban inmensas
fortunas. La venta de más de 900 instituciones cristianas, religiosas y de
caridad, que las cortes habían declarado propiedad nacional a instigación de
los judíos, les proporcionó magnífica ocasión para el fabuloso aumento de sus
fortunas personales. Del mismo modo, fueron tratados los bienes eclesiásticos. La burla impudente de los
sentimientos religiosos y nacionales, llegó hasta el punto de que la querida de
Mendizábal se atrevió a lucir en público un magnífico collar que, hasta poco
tiempo antes, había servido de adorno a una imagen de la Santa Virgen María, en
una de las iglesias de Madrid.”
Este tipo
de acciones del desangramiento de las arcas de los países y de la Iglesia
Católica, nos lo recuerda las acciones corruptas tan conocidas del Obispo Paul
Marcinkus, Director del Banco Vaticano desde antes de la llegada del papa Juan
Pablo I, quien fuera asesinado y suplantado con “un doble papa” por el grupo de
cardenales masones infiltrados hasta la Cúpula Vaticana; además de Marcinkus,
estaban a la cabeza el Secretario de Estado Jean-Marie Villot, y los cardenales
Casaroli y Benelli, quienes también complotaron y secuestraron al papa Paulo VI
desde que denunció que “el humo del infierno se había filtrado en el seno de la
Iglesia” (http://concilioecumenicovaticanoii.blogspot.mx )
Esta declaración del Paulo VI coincidía con el
verdadero Tercer Secreto de Fátima dado primero a Sor Lucía dos Santos [“Satanás se infiltrará en el
seno de la Iglesia; llegará hasta los Más Altos Reinos de la Jerarquía en el
Vaticano; y hasta la Silla de Pedro”], a quien también suplantaron y
le pusieron una “doble de Sor Lucía”; y después a la Profeta y Vidente Verónica
Lueken, cuyo lugar de apariciones en Bayside quisieron bloquear y desacreditar
los cardenales Joseph Ratzinger y Tarcisio Bertone desde la Congregación de la
Doctrina de la Fe, pues el Tercer Secreto evidenciaba la infiltración
profetizada en el Apocalipsis 13, 11-12 (se trata de los “corderos que hablan
como la bestia –la masonería- y están totalmente a su servicio –la masonería
laica-).
“El
masón berlinés de que hacíamos mención al principio continuaba diciendo: “El peligro
para el trono y el altar, amenazados por el poder de los judíos, según acaban
de hacer los jefes de la Masonería Alemana´, al decir: `Los judíos han comprendido que el `arte real´
(el arte masónico) era un medio capital para establecer sólidamente su propio
reino esotérico...El peligro amenaza, no
solamente a la masonería, nuestra Orden, sino a los estados en general...Los
judíos encuentran en las logias múltiples ocasiones para practicar su
archiconocido sistema de corrupción, sembrando la confusión en muchos
asuntos...Si se tiene presente el papel que jugaron los judíos en los crímenes
de la Revolución francesa y en la usurpación corsa; si se tiene en cuenta la
obstinada creencia de los judíos en un futuro Reinado israelita sobre todo el
universo y su influencia sobre el gran número de ministros de Estado, se
advertirá cuán peligrosa puede ser su actividad en los asuntos masónicos. El pueblo judío forma una casta en oposición hostil
a toda la raza humana, y el Dios de Israel no ha elegido más que a un pueblo,
al que todos los demás han de servir de `escabel´”.*
* Hay que
aclarar, que Dios Padre Yahvé hace mucho que ya no tiene a Israel como su
“Pueblo elegido”, por los múltiples y gravísimos crímenes que ha cometido, tal
como nos lo hace saber en uno de los Mensajes dados al reconocido Profeta “J.
V.” ( http://diospadresemanifiesta.com ). Más bien, Israel debió haber sido “un pueblo ejemplar que sirviera de
modelo para la conversión de las naciones, de la humanidad, hacia la
observancia de la Ley Divina, de los Diez Mandamientos”; y nunca debió
haber pensado en que sería un pueblo que sometería a la humanidad, a las
naciones bajo la esclavitud, ni de su dominio a través de un Gobierno Mundial y
de una “iglesia universal sin Dios”, dirigidos por los judíos illuminati y
masones, bajo el imperio del Devastador anticristo Maitreya.
“Considerad
que entre los 17 millones de habitantes de la Prusia, no hay más de 600.000
judíos; considerad con qué ardor convulsivo trabaja esta nación, de vivacidad
oriental e irreprimible, para lograr por todos los medios subvertir el estado;
por ocupar, incluso mediante dinero, los establecimientos de enseñanza superior
y monopolizar en su favor los puestos del Gobierno...”
Y
continúa diciendo el ilustre Arzobispo:
“Carlyle, una
de las mayores autoridades masónicas, dice, (pág. 86): `La Masonería de la
Gran Logia es, en la actualidad, enteramente judía’.”
“La
`Gaceta de la Cruz´, órgano principal de los conservadores prusianos, dedicó,
del 29 de junio al 3 de julio de 1875, una serie de artículos en los que se
demostraba que los principales ministros de los gobiernos alemán y prusiano,
sin exceptuar al príncipe de Bismarck, estaban en manos de los reyes judíos de
la Bolsa, y que los banqueros judíos eran quienes, de manera práctica,
gobernaban Prusia y Alemania. Esto hizo decir al judío Gutzkow: `Los verdaderos fundadores del nuevo Imperio
alemán son los judíos; judíos son los adelantados en todas las ciencias, la
prensa, la escena y la política´ ”.
“M. Stamm
escribió en 1860 un libro sobre este tema, en el que se prueba que `el reino
de la libertad universal sobre la tierra será fundado por los judíos´. En
el mismo año, Sammter publicó en el Volsblait una larga carta para
demostrar que `los judíos ocuparán muy
pronto el lugar de la nobleza cristiana; la aristocracia caduca debe perder su
puesto en esta época de luz y de libertad universales, a la que tan próximos
estamos. ¿No
comprendéis –escribe- el verdadero sentido de la promesa hecha por el Señor
Dios Sabaoth a nuestro padre Abraham?, promesa que se ha de cumplir con
seguridad, la de que un día todas las naciones de la tierra serán sometidas a
Israel. ¿Creéis que Dios se refería a una monarquía universal, con Israel como
rey? ¡Oh, no! Dios dispersó a los judíos sobre toda la superficie del globo, a
fin de que constituyesen una especie de fermento, entre todas las razas, y al
cabo, como elegidos que son, extendiesen su dominación sobre ellas´ ”.
“No es
probable que la terrible opresión sufrida por las naciones cristinas de Europa,
que se ven empobrecidas por la usura y la avaricia de los judíos, y que se
quejan de ver las riquezas nacionales acumuladas en manos de los grandes
banqueros, se calme con esporádicos levantamientos antisemitas. Las monarquías
cuyos cimientos no están aún pulverizados por el martillo masónico, y cuyas
dinastías no están aún reducidas al nivel de los masones descamisados,
descalzos y con los ojos vendados, se coaligarán contra la secta monstruosa, y
harán pedazos las filas de los anarquistas. El propio Carlyle, masón furioso
dice, aterrado de la suerte de la humanidad entre las manos de los judíos: `Cuando los legisladores vuelvan a ocuparse de las
sociedades secretas, harán bien en no hacer una excepción en favor de la
Masonería´ ”.
“El
privilegio del secreto está legalmente acordado a los masones en Inglaterra,
Francia, Alemania, y, creemos que en todos los países. El hecho de que todas
las revoluciones salgan del fondo de las logias, sería inexplicable si no
supiéramos, que, con la momentánea excepción de Bélgica, los ministerios de
todos los países se hallan en manos de masones dirigidos, en el fondo, por los
judíos” (26).
Uno
de los testimonios más interesantes es seguramente el del masón Haugwitz,
inspector de las logias de Prusia y de Polonia. En 1777 –escribe en sus
memorias- “me hice cargo de la dirección de las logias de
Prusia, Polonia y Rusia. Allí he adquirido la firme convicción de que todo lo
que ha sucedido en Francia desde 1789, la Revolución, es una palabra, incluso
el asesinato del rey con todos sus horrores, no sólo se había decretado en aquel
tiempo, sino que todo fue preparado por medio de reuniones, instrucciones,
juramentos y señales que no dejan lugar a duda ninguna acerca de la
inteligencia que todo lo meditó y dirigió” (27).
En
lo que concierne al asesinato de Luis XVI, tenemos igualmente el testimonio del
jesuita padre Abel. “En 1784 –declara- tuvo lugar en Francfort una
reunión extraordinaria de la Gran Logia Ecléctica...Uno de los miembros puso a
discusión la condenación a muerte de Luis XVI, rey de Francia, y de Gustavo III,
rey de Suecia. Ese hombre se llamaba Abel. Era mi abuelo” (28).
Barruel,
en su obra “Memorias para la historia del Jacobinismo”, dice:
“Después de
esta reunión uno de sus miembros, el marqués de Visieu, declaraba lo siguiente:
`Lo que
puedo deciros es que se trama una conspiración tan bien urdida y tan profunda,
que será muy difícil que no sucumban la religión y los gobiernos´ ” (28).
* El término “jacobino o jacobinismo” se refieren a que proceden de las
acciones y el pensamiento del masón francés Juan “Jacobo” Rousseau (Jean
Jacques Rousseau).
Maurice Fara, en su libro “La masonería en
descubierto”, dice que:
“La
existencia de esta conspiración y su propósito de asesinar al rey de Francia y
al rey de Suecia aparecen igualmente confirmados por la mayor parte de los
autores que han hecho investigaciones serias sobre la cuestión masónica (30) y los acontecimientos
trágicos las confirman igualmente. El 21 de enero de 1793 el rey Luis XVI muere
guillotinado después de un simulacro de juicio en el que la mayoría de los
jueces son masones. Un año después, el rey Gustavo III es asesinado por
Aukastrem, discípulo de Condorcet. El mismo año desaparece misteriosamente el
emperador Leopoldo”.
“En un discurso
pronunciado el 4 de marzo de 1882 en la logia `Libre Pensamiento´, de Aurillac,
decía el masón Paul Roques: `Después de haber trabajado en la revolución
política, la Franc-Masonería debe trabajar en la revolución social...´ ” (31).
Y
en la Memoria del Gran Oriente de Francia se afirma:
“Que Francia,
para vivir, no sacrifique la razón misma de su existencia: el ideal filosófico,
político y social de sus antepasados de 1789; que no apague la antorcha del
genio revolucionario con la que ha iluminado al mundo”. Y añade el mismo orador: “La peor humillación para
Francia consistiría en renegar de la obra de la revolución...que perezca al
menos sin haber abdicado su ideal”. (32).
Otros
documentos masónicos de indiscutible valor nos informan que:
“Nunca se
podrá olvidar que fue la revolución francesa la que dió realidad a los
principios masónicos preparados en nuestros templos”, decía un orador en el
Congreso Masónico de Bruselas (33) y en una
reunión de la logia de Angers celebrada en 1922 exclamaba uno de los hermanos: “La Franc-Masonería, que ha desempeñado el
papel más importante en 1789, debe estar dispuesta a suministrar sus cuadros de
combate a una revolución siempre posible” (34).
“Pasemos al
estudio de la participación de los judíos en las revoluciones en general. Ya en
1648 el gran jefe revolucionario Cromwell estaba sostenido por los judíos; una
delegación venida `del fondo de Asia y dirigida por el rabino Jacob ben Azabel´
se presentó ante el dictador inglés. No se hicieron esperar los resultados de
las conversaciones que se entablaron y Cromwell usó de todo su poder para
derogar las leyes de restricción impuestas a los judíos en Inglaterra (35). Uno de los más íntimos
colaboradores de Cromwell fue el rabino de Amsterdam, Manassé ben Israel”. (36)
El
famoso investigador de la masonería Maurice Fara, nos cita que:
“Ernesto
Renán, que no puede ser sospechoso de antisemitismo, escribía lo que sigue: `En
el movimineto revolucionario francés el elemento judío desempeñaba un papel
capital´ y es muy difícil no estar de acuerdo con él. Es verdad que hacia
1789 los judíos operaban con mucha prudencia y se ocultaban tras las
organizaciones masónicas y las sociedades filosóficas, pero esto no impedía que
algunos de los hijos de Israel tomaran parte activa en los acontecimientos
revolucionarios y se aprovecharan de ellos desde el punto de vista material.
El primer tiro contra los guardias suizos de la Tullerías, el 10 de agosto de
1791, fue disparado por el judío Zalkind Hourwitz Lang (37). Pero como este ardor
bélico encierra muchos peligros, prefieren los judíos dedicarse a otras
actividades menos peligrosas y sobre todo más lucrativas. El viejo hebreo
Benoltas, hombre millonario de esta plaza (Cádiz) queda nombrado por ahora
tesorero general de la Orden, y cuenta ya con un fondo disponible de
trescientos mil pesos fuertes (Máxima 44 del Grande Oriente Español, 1º de
abril de 1824)” (38).
P.
Gaxotte, en su obra “La Revolución Francesa”, afirma que:
“El
avituallamiento de los Ejércitos republicanos se realizaba por los israelitas
Bidermann, Max Beer, Moselmann y otros, y esto dio lugar a las quejas
formuladas por el comandante Bernanville, del Ejército del Mosela, porque se le
enviaban para las tropas calzados de adolescente con suela de cartón, medias de
niño y lonas para tienda completamente podridas” (39).
Capefigue,
en su obra “Las grandes operaciones financieras”, dice que:
“En
cuanto fueron abolidas las leyes que restringían los derechos de los judíos
gracias a la intervención del abate Gregoire, de Mirabeau, Robespierre y otros
(esto lo hacen el primer día todos los Gobiernos revolucionarios), y `en cuanto
prevalecieron las ideas de 1789, descargó sobre Francia una verdadera nube de
extranjeros, especialmente judíos de las orillas del Rhin´ (40). Entonces fue
cuando aparecieron en la arena política los Klotz, los Benjamin Veitel Ephraim, los Etta Palm, etc. `El Mesías ha
venido para nosotros el 28 de febrero de 1790 con los Derechos del Hombre´
(41), escribía el judío
Cahen, y, en
efecto, la concesión a los judíos de todos los derechos de ciudadanía fue una
de las grandes victorias de Israel”.
Dice
el historiador israelita Bédarride:
“La
revolución de 1830 no ha hecho sino consagrar estos felices resultados. Cuando
en 1848 la soberanía del pueblo alcanzó sus últimos límites surgieron nombres
israelitas en las más altas regiones del poder” (42). Estos elegidos, estos
representantes del pueblo ostentaban apellidos tan franceses como los de Fould,
Cerfbeer, Crémieux, etc.
Pero
no fue sólo en Francia donde la judería desempeñó un papel preponderante en los
movimientos revolucionarios. El culto escritor francés R. Lambelin
afirma: “El movimiento revolucionario que agitó la Europa
central en 1848, fue preparado y sostenido por los judíos” (43), así lo demuestran numerosos hechos y
documentos.
“Entre los
autores de la revolución de 1870 y entre los miembros de la Commune,
aparecen igualmente los judíos representados por Ravel Isaac
Calmer, Jacob Pereyra y otros. El
autor precitado señala la presencia de 18 judíos entre los principales miembros
de la Commune” (44).
Asegurando
el escritor francés Drumont, que durante el incendio de París en 1871 los incendiarios dejaron intactos los 150 edificios
que pertenecían a la familia Rothschild.
Continuando
el estudio de estos movimientos en Europa, volvemos a encontrar a los judíos:
el poeta Heine, Carlos Marx, Lasalle y otros
muchos.
Drumont
escribe:
“Para
destruir la antigua sociedad que lo repelía, el judío ha sabido colocarse a la
cabeza de la acción democrática. Los Carlos
Marx, los Lasalle, los principales nihilistas, todos los jefes de la revolución
cosmopolita son judíos. De este modo imprimen los judíos al movimiento
la dirección que le conviene” (45).
Y
el escritor francés, Mauruce Fara, dice:
“No olvidemos
que los fundadores de la Internacional
en 1864 fueron los judíos Marx, Neumeier, Fribourg, James
Cohen, Lasalle, Aaron, Adler, Franckel y, el
único no judío (¿), Compers”.
“Para
dirigir el movimiento revolucionario se fundó en Francia el tan conocido diario
`L´Humanité´. Para ello se abrió una suscripción que proporcionó la suma
de 780.000 francos. Citaremos entre los doce donantes que `por casualidad´ eran todos judíos: Levy Brul, Levy Bram, A.
Dreyfus, L. Dreyfus, Herr, Eli Rodríguez, León Picard, Blum, Rouff, Kasevitz, Salomón
Reinach y Sachs” (46).
Después
de leído lo que procede no puede causar extrañeza que en el sínodo judío de
Leipzig del 29 de junio de 1869 se aprobara la siguiente moción:
“El Sínodo
reconoce que el desarrollo y la realización de los principios modernos (léase
revolucionarios) son las más firmes garantías para el presente y el porvenir
del judaísmo y de sus miembros. Son las condiciones más enérgicamente vitales
para la existencia expansiva y el mayor desarrollo del judaísmo” (47).
“En muchos
aspectos la revolución no ha sido sino una aplicación del ideal que `Israel
había traído al mundo´”… (48) según
escribe Leroy Beaulieu, autor nada tachado de antisemitismo. Es preciso darle
la razón porque no se puede negar la importancia de la intervención judía en la
obra revolucionaria.
ORGANIZACIÓN DE LA “SOCIEDAD DE
LAS NACIONES” (Hacia el Gobierno Mundial: Novus Ordo Seclorum o Nuevo
Orden Mundial, liderados por el Devastador Anticristo Maitreya.
El
citado investigador Maurice Fara, afirma que:
“Hemos
visto a la Sociedad de las Naciones fundada y sostenida por las mismas fuerzas
ocultas que nos encontramos siempre que se trata de destruir; hoy en día la
masonería, sus auxiliares, los partidos de izquierda y, detrás de
todos, la judería, tratan de exterminar el sentimiento nacional y “el principio
de soberanía de los estados” por la creación de un “super-gobierno
internacional”, y al mismo tiempo de desmoralizar a los pueblos
con una propaganda antimilitarista y pacifista. Perdido el sentimiento
nacional, esos pueblos estarán completamente desarmados frente a esta fuerza
oculta y sagaz que pudiéramos llamar el imperialismo judeo-masónico”.
“La
Sociedad de las Naciones fue inaugurada el 10 de enero de 1920; los
estatutos elaborados en las Asambleas masónicas fueron muy poco modificados...” (49).
Y
en una nota del traductor argentino, a la citada página 115 de la obra de
Maurice Fara, se lee lo siguiente:
“El H.
Eugenio Berteaux ha propuesto recientemente a la Gran Logia de Francia que se
derogue el artículo 17 de la Constitución de dicha Gran Logia, que prescribe a
todos sus adeptos que se sometan a la `legislación del país en que tengan
facultad de reunirse libremente, y que se hallen dispuestos a todos los
sacrificios que su patria les exija´, porque `conforme a los principios de una
moral universal, todo franc-masón es por definición, un hombre esencialmente
libre, que no depende sino de su conciencia´, y `nuestra conciencia masónica
no puede exigir imperativamente a sus adeptos que estén dispuestos a todos los
sacrificios que la Patria les exija´. La derogación que propone redundará
`en beneficio de la salvaguardia de las conciencias individuales, entendiéndose
que, en caso de reproducirse conflictos trágicos, esas conciencias individuales
obedecerán o no, bajo su propia responsabilidad, a los llamamientos de su
sensibilidad, de su razón y de su fe en la Verdad Suprema´ ”. (50).
LA
ACCIÓN JUDÍA Y MASÓNICA FRENTE AL CRISTIANISMO
El
Eminentísimo Cardenal Caro, nos asegura, a este respecto, que:
“Es indudable
que la acción de la masonería contra la Iglesia Católica no es más que la
continuación de la guerra a Cristo practicada por el Judaísmo desde hace más de
1900 años, eso sí que acomodada, mediante el secreto, el engaño y la
hipocresía, a las circunstancias en que tiene que hacerla...”
“No olvidemos que el Judaísmo
rabínico es el declarado e implacable enemigo del Cristianismo, dice
Webster. El odio al
Cristianismo y a la persona de Cristo no es cosa de historia remota ni puede
mirarse como el resultado de persecución: forma una parte íntegra de la
tradición rabínica originada antes de que tuviera lugar cualquiera persecución
de los judíos por los cristianos, y ha continuado en nuestro país mucho después
de que esa persecución ha terminado...” (51).
Hay que analizar entonces, el porqué los profetas de nuestro tiempo han
denunciado y han comprobado que Joseph Ratzinger Peintner, fue “el papa
judío alemán Benedicto XVI del Rabinato de Praga, quien “usurpó la Silla de
Pedro” (http://antiiglesia.blogspot.mx
Serie: ¡Cómo llegó ‘el ladrón’ a la Silla de Pedro!); y por qué
renunció, bajo un acuerdo común sionista, para que continuara el argentino Jorge
Mario Bergoglio, papa “Francisco”, pro-sionista, de quien
los mismos rabinos declaran que “este
‘papa’ es uno de los suyos”, y esto aclara el porqué está construyendo el
“Templo del Anticristo con los jesuitas”, maqueta exhibida en el Templo de San
Ignacio de Loyola en Roma, esta es la razón del porqué “Francisco” se rodea y
reúne de tantos rabinos judíos sionistas tan frecuentemente, pues bajo el “ecumenismo”
que impulsaron en el Concilio “Ecuménico” Vaticano II, los cardenales y obispos
infiltrados. Bajo este camino integrarán la “iglesia universal” sincrética y sin
Dios que quieren los rabinos sionistas, imbuidos de los espíritus de Anás, de Caifás
y de Judas Iscariote.
Por
su parte, el “The British Guardian” (13 Marzo 1925), hace esta
afirmación: “...la Iglesia Cristiana es atacada hoy como no lo
ha sido jamás durante siglos, y este ataque es casi exclusivamente la obra de
los judíos” (52).
Añade
el Excmo. Mons. Cardenal José Mª Caro:
“Por lo
demás, las relaciones de la Masonería o del Judaísmo perseguidor de la Iglesia
Católica y, según los casos, de todo el Cristianismo, con el Bolchevismo y
Comunismo, en Méjico, en Rusia, en Hungría y con la amenaza de hacerlo en todas
partes, es cosa pública, como lo es la relación del Judaísmo con la Masonería” (53).
NOTAS:
[1] León
XIII, Carta Encíclica Humanum Genus, abril 20 de 1884.
[2] Pablo
Rosen, Satán y Cía. Buenos Aires, 1947. p. 219.
[3] Adolphe Ricoux, L´existence
des loges de femmes (La existencia de logias femeninas). París: Téqui,
1891. pp. 78-95.
[4] Monseñor León Meurin,
S.J. Arzobispo Obispo de Port-Louis, Simbolismo de la masonería.
Madrid: Editorial Nos, 1957. pp. 201-202.
[5] “Revue
Internationale des Sociétés Secrètés” (RISS). París, 1913, no. 2, p. 58
[6] Albert Pike, La
moral y el dogma en el rito escocés. Anno mundi 5641 (1881).
[7] Maurice Fara, La
masonería en descubierto. Buenos Aires: La hoja de roble, 1960. p. 23.
[8] Rabino
Benamozegh, Israel y la humanidad. París, 1914. p. 71.
[9] Gougenot des
Mousseaux, Le juif, le judaïsme et la judaïsation des peuples chrétiene (El
judío, el judaísmo y la judaización de los pueblos cristianos). París, 1869.
pp. 338-339.
[10] León de
Poncins, Les forces secrètes de la Revolution (Las fuerzas
secretas de la revolución), pp. 139-140 de la edición francesa.
[11] “Revue
Internationale des Siciétés Secrètes” (R.I.S.S.), 1926, no. 8, p. 269.
[12] “Archivos
Israelitas”, 1864, p. 335.
[13] “Almanaque de los
franc-masones”. Leipzig, 1884.
[14] “Les cahiers de
l´ordre”, 1926, no. 3-4, p. 22.
[15] “Les cahiers de
l´ordre”, 1926, no. 3-4, p. 23.
[16] Maurice Fara, obra
citada, p. 111. (A cuya diligencia debemos los datos anteriores sobre la
Sociedad de las Naciones).
[17] José María Cardenal
Caro R., Arzobispo de Santiago, Primado de Chile, El misterio de la masonería.
2ª ed. Buenos Aires: Editorial Difusión, 1954, p. 258. (Col. Hoy, no. 49).
[18] Monseñor León
Meurin, S.J., Arzobispo Obispo de Port-Louis. Filosofía de la masonería.
Madrid: Editorial Nos, 1957. pp. 30, 211-212.
[19] Monseñor León
Meurin, S.J., Arzobispo Obispo de Port-Louis. Filosofía de la masonería.
Madrid: Editorial Nos, 1957, p. 212.
[20] Monseñor León
Meurin, S. J., Arzobispo Obispo de Port-Louis. Filosofía de la
masonería. Madrid: Editorial Nos, 1957, pp. 41-42.
[21] Monseñor León
Meurin, S.J., Arzobispo Obispo de Port-Louis, Simbolismo de la
masonería. Madrid: Editorial Nos, 1957. p. 34.
[22] José María Cardenal
Caro R., Arzobispo de Santiago, Primado de Chile, obra citada, pp. 263,
265-266.
[23] Jewish Encyclopedia. New York:
Funk and Wagnalis Company, 1903. Vol. V, p. 504.
[24] José María Cardenal
Caro R., Arzobispo de Santiago, Primado de Chile, obra citada, pp. 190-191.
[25] José María Cardenal
Caro R., Arzobispo de Santiago, Primado de Chile, obra citada, pp. 190-191,
193-201.
[26] Monseñor León Meurin, S. J.,
Arzobispo Obispo de Port-Louis, Filosofía
de la masonería. Madrid: Editorial Nos, 1957. pp. 212-215, 217-218.
[27] Von
Haugwitz, Memorias.
[28]
Declaración del P. Abel en “La nueva prensa libre”. Viena, 1898.
[29]
Barruel, Mémoires pour servir a l´histoire du Jacobinisme.
(Memorias para historia del jacobinismo). Citado por Maurice Fara, obra citada,
p. 62.
[30] P.
Deschamps, Cardenal Mathieu, Monseñor Besson y otros.
[31] “Cadena
de Unión” de julio de 1882. Citado por Maurice Fara en “La masonería en
descubierto”, p. 63.
[32] “Memoria
de la Asamblea General del G. O. de Francia”, 1913. p. 337. Citado por
Maurice Fara, obra citada, pp. 63-64.
[33] “Memoria
del congreso masónico internacional de Bruselas de 1910”, p. 124.
[34] “Boletín
oficial del G. O. de Francia”, oct., 1922. p. 281.
[35] León
Halevy, Resumen de la historia de los judíos.
[36] R.
Lambelin, Las victorias de Israel, p. 44.
[37] León
Kahn, Los judíos de París durante la revolución. Citado por Maurice
Fara, obra citada, pp. 82-83.
[38] Maurice
Fara, obra citada, p. 83, nota n. 28 del traductor.
[39] P.
Gaxotte, La revolución francesa, pp. 279-280.
[40]
Capefigue, Histoire des grandes opérationes financières (Historia
de las grandes operaciones financieras).
[41]
“Archivos Israelitas”, 1847. Vol. VIII, p. 801.
[42]
Bédarride, Les juifs en la France, l´Italie et l´Espagne (Los
judíos en Francia, Italia y España), pp. 428-430.
[43] R.
Lambelin, obra citada, p. 62.
[44] R.
Lambelin, obra citada, p. 10.
[45] Edouard
Drumont, La France juive (La Francia judía). París, 1888.
[46] Maurice
Fara, obra citada, p. 85.
[47] Gougenot
des Mousseaux, obra citada, p. 332.
[48] Leroy
Beaulieu, Israel entre las naciones, p. 66.
[49] Maurice
Fara, obra citada, p. 115.
[50] Maurice
Fara, obra citada, p. 115, nota del traductor.
[51] José
Mª Caro R., Arzobispo de Santiago, Primado de Chile, obra citada, p. 267.
[52] “Revue
Internationale des Societés Secrètes” (R.I.S.S.), 1925, p. 430.
[53] José Mª Cardenal
Caro, Arzobispo de Santiago, Primado de Chile, obra citada, pp. 267-268.
Fuente Principal: http://holywar.org/txt/complot/manueldearbues/PinayI2.htm