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sábado, 28 de abril de 2012

EXÉGESIS DE LAS REVELACIONES A LA VENERABLE ANA CATALINA EMMERICK VIGENTES EN ESTOS TIEMPOS APOCALÍPTICOS

 Visiones y Revelaciones Completas a la Venerable Ana Catalina Emmerick” 

Exégesis y Correlación Profética para comprender mejor la Infiltración a la Iglesia, el papel del Anticristo y el Triunfo de la Iglesia Católica, 23 Abr.12  

MINISTERIO INTERNACIONAL DE DIFUSIÓN PROFÉTICA

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Tomado del Libro 3, Cap. XXV “Visiones del Anticristo y del Triunfo de la Iglesia”.
Introducción.
     Entre el cúmulo de visiones de sucesos pasados y presentes, en algunos de los cuales interviene misteriosamente Ana Catalina, alúdese reiteradas veces a la lucha de los poderes de las tinieblas contra los hijos de la luz. Algunas pueden ser consideradas proféticas, porque se refieren a acontecimientos ocurridos con posterioridad a la muerte de la vidente y a nuestra época (entonces final de la guerra de 1939). Entre otras, háyanse cuadros que juzgamos apocalípticos, como los que describen la desolación de la tierra, la apostasía de las masas, las tribulaciones de los cristianos bajo el reinado del Anticristo y el Triunfo glorioso de la Iglesia de Cristo.
     La visión de “la bestia del mar(*1) es semejante a la consignada en el Apocalipsis, con el añadido, sobre el texto canónico, de que el monstruo tiene cola de pez y varias cabezas que forman como una corona en torno de la mayor. Las notas en las páginas contribuyen a identificar algunas de estas escenas con las de San Juan, cuyo maravilloso libro era desconocido por la estigmatizada de Dülmen. (*1) [Se refiere al Ap.12,1ss]
Card. masón John O'Connor y dos de sus compañeros de logia, en el exterior de la Catderal de San Patricio, E.U.A.

  1. Maquinaciones de los malvados contra la Iglesia. (Octava de Navidad de 1819)
   Vi a la Iglesia de San Pedro y a una gran multitud de hombres afanados en destruirla, mientras otros trabajaban en restaurarla. Los trabajadores estaban esparcidos por todo el mundo y me admiraba la conformidad de sus trabajos. Los obreros que trataban de destruir el templo, arrancaban pedazos del mismo; entre éstos distinguí a muchos herejes y apóstatas. Trabajaban de acuerdo a ciertas reglas los que llevaban mandiles blancos, con bolsillos, bordeados con bandas azules y llanas sujetas a la cintura –alude a los masones e Illuminati-. Estaban vestidos con toda clase de trajes; entre ellos había hombres altos y corpulentos, con uniformes y estrellas; pero éstos no trabajaban, sino que indicaban en los muros, con la llana, dónde y cómo habían de demoler. Vi con espanto que entre ellos había sacerdotes católicos. A veces, cuando no sabían cómo demoler, se acercaban a uno de los suyos, que tenía un gran libro, en el cual parece que estaba indicado cómo estaba hecho el edificio y la manera de derribarlo. Después señalaban con la llana una parte de él, para que fuera destruida, la cual, en efecto se derrumbaba. Los que derribaban el edificio, obraban tranquila y seguramente, pero con timidez, secretamente, puestos como en acecho.


La Bestia que habla como el Cordero -masonería eclesiástica- y está al servicio de la primera bestia -masonería laica- (Ap.13,11-12) Es la masonería eclesiástica, el humo del Infierno infiltrado en el seno de la Iglesia (Paulo VI); y hasta la Silla de Pedro (Tercer Secreto de Fátima)

     He visto al Papa en oración rodeado de falsos amigos, que muchas veces hacían lo contrario de lo que se les mandaba. Vi a un hombre malvado, negro y de baja estatura, trabajar muy activamente contra la Iglesia. Mientras el templo era destruido por éstos en alguna parte, reedificábanle otros por otra parte, pero sin energía ni vigor. Vi a muchos eclesiásticos a quienes conocía, entre ellos el Vicario General, cuya vista me causó mucha alegría. Pasó sin turbarse por entre los demoledores y dispuso lo necesario para la conservación y restauración del templo. Vi también a mi confesor llevar una gran piedra, dando un buen rodeo. Vi a otros sacerdotes,  perezosos, rezar  las horas con su breviario y llevar, muy de tarde en tarde, alguna piedrecita bajo los hábitos o alargársela a otros. Parecía que ninguno tenía confianza ni gusto en el trabajo, puesto que trabajaban sin dirección y sin saber lo que hacían. Aquello era aflictivo. Ya estaba destruida la parte anterior de la Iglesia y no quedaba en pie más que el Sagrario. Yo estaba muy triste, pensando dónde se hallaría aquel hombre con veste roja y bandera blanca, que se me había representado otras veces sobre la misma Iglesia, salvándola de la destrucción. 
  1.   La Santísima Virgen protege la Iglesia.
     Entonces vi a una gran Señora, llena de majestad, que venía por la gran plaza que hay delante del templo. Tenía un manto extendido, sujeto con ambos brazos y se movía apaciblemente en el aire. Detúvose en lo alto de la cúpula y extendió su manto, que brillaba como el oro, sobre todo el recinto de la iglesia. Los demoledores dejaron de trabajar en aquel momento. Quisieron proseguir su obra de destrucción, pero no pudieron acercarse al espacio protegido por el ancho manto. Entretanto los que trabajan en reedificar la iglesia, mostraban extraordinaria actividad. Vinieron muchos hombres oscuros, ancianos e impedidos y muchos jóvenes vigorosos; mujeres y niños, sacerdotes y seglares, y muy pronto estuvo casi del todo restaurada la iglesia.
    Vi entonces venir un nuevo pontífice en procesión. El Papa era mucho más joven y enérgico que el anterior. Fue recibido con gran solemnidad. Parecía que iba a consagrar la iglesia, pero oí una voz que decía que el templo no necesitaba nueva consagración, pues la parte principal de él, el tabernáculo, no había sido destruido. Debía celebrarse una doble fiesta en toda la Iglesia: un jubileo universal y la restauración de la Iglesia. Antes que el Papa comenzara la fiesta, había preparado a los suyos y éstos lanzaron de la asamblea, sin contradicción ninguna, a una multitud de eclesiásticos, unos de mucho viso, otros de poca significación, los cuales salieron murmurando, llenos de cólera. El Pontífice tomó a su servicio a otros eclesiásticos y a otros seglares –alude al Pontífice Pedro Romano II-. Después empezó la gran solemnidad en la Iglesia de San Pedro. Los que trabajaban con mandiles blancos mantuviéronse silenciosos, circunspectos y tímidos, mirando si alguno los observaba. 
  1. El Arcángel San Miguel lucha por el Triunfo de la Iglesia. (30 de diciembre de 1819)
   He visto nuevamente la Iglesia de San Pedro con su gran cúpula. Sobre ella resplandecía el Arcángel San Miguel vestido de color rojo, teniendo una gran bandera de combate en las manos. La tierra era un inmenso campo de batalla. Los verdes y azules luchaban contra los blancos; estos sobre los cuales había una espada de fuego, parecía que iban a sucumbir; no todos sabían por qué causa combatían. La Iglesia era de color sangriento como el vestido del Arcángel. Oí que me decían: “Tendrá un bautismo de sangre”. Cuanto más se prolongaba el combate, más se apagaba el vivo color rojo de la iglesia y se volvía más transparente. El Arcángel descendió y se acercó a los blancos. Lo vi delante de todos. Éstos cobraron gran valor, sin saber de donde les venía. El Ángel derrotó a los enemigos, los cuales huyeron en todas direcciones. La espada de fuego que estaba sobre los blancos, desapareció. En medio del combate aumentaban las filas de los blancos: grupos de adversarios se pasaban a ellos y una vez se pasaron en gran número. Sobre el campo de batalla había, en el espacio, legiones de santos que hacían señales con las manos, diferentes unos de otros pero animados del mismo espíritu. 
  1. Ve a San Francisco de Sales y a Santa Juana de Chantal. (Domingo de infraoctava de la Santísima Trinidad, 1820)
   Para consuelo mío he visto cuadros de la vida de los dos santos: San Francisco de Sales y Santa Juana de Chantal. Decían que los tiempos que corremos son muy tristes; pero que después de muchos desastres, vendrá  un tiempo suave y apacible, en que los hombres estarán muy unidos unos con otros y se amarán mucho; entonces florecerán muchos monasterios en el verdadero sentido de la palabra. Vi también una imagen de estos lejanos tiempos, la cual no puedo describir; de ahí se alejaban las tinieblas de la noche y surgían la luz y el amor. Vi toda clase de cuadros relativos al Renacimiento de las órdenes religiosas.
   Los tiempos del Anticristo (1) no están tan próximos como algunos creen. Han de venir precursores del mismo. He visto en algunas ciudades maestros de cuyas escuelas podrán salir esos precursores. (La visión se dio en el año 1820, hace casi dos siglos de ellas).
  1. Ve la Iglesia de San Pedro en peligro. (28 de agosto de 1820)
      Vi una imagen de la Iglesia de San Pedro, donde me parecía que el tiempo flotaba sobre la tierra y que muchos corrían presurosos a ponerse debajo de él para transportarlo, grandes y pequeños, sacerdotes y seglares, mujeres y niños y aún ancianos impedidos. Yo sentía grande angustia e inquietud, pues estaba viendo que la iglesia amenazaba ruinas por todas partes. Pero todas aquellas gentes se pusieron debajo de ella sosteniéndola con sus hombros; cuando esto hacían todos tenían la misma estatura. Cada uno estaba en su puesto: los sacerdotes debajo de los altares; los legos debajo de las columnas y las mujeres a la entrada. Era tan grande el peso que todos soportaban, que creí que serían aplastados. Sobre la Iglesia aparecía el cielo abierto y los coros de los santos la sostenían con sus oraciones y sus méritos y ayudaban a los que la sostenían sobre sus hombros. Yo estaba flotando entre unos y otros. Vi que los que la llevaban se movían hacia delante y que una fila de casas y palacios que había enfrente caían por tierra, como las espigas de un campo, al pasar sobre ellos la iglesia y que la misma iglesia fue puesta allí sobre la tierra.
Entonces tuve otra visión. Vi que la Santísima Virgen estaba sobre la Iglesia y alrededor de ella los apóstoles y obispos. Abajo vi grandes procesiones y solemnidades. Vi que todos los malos pastores de la iglesia, que habían creído que podían hacer algo con sus propias fuerzas, sin recibir la virtud de Cristo, de los vasos de sus santos predecesores y de la iglesia, fueron lanzados y reemplazados por otros. Vi que desde lo alto recibían bendiciones y que se obraban grandes mudanzas. Vi al Papa que dirigía todas estas cosas. Vi elevarse a dignidades, a hombres muy pobres y a jóvenes.

(1) Recuérdese que esta visión tiene casi dos siglos. Se han abreviado los tiempos. Cuando Ana Catalina habla del Anticristo lo hace siempre como de una persona y no de una sociedad o estado anticristiano. Solo en un mundo anticristiano podrá imperar el Anticristo. En el mismo sentido habla Sta. Hildegarda en su libro Scivias. (Cfr. http://antiiglesia.blogspot.com )
  1. Ve una Iglesia falsa en contra de la Iglesia de Roma. (12 de septiembre de 1820)
   He visto construir una iglesia curiosa, falsa y perversa. Había en el coro tres divisiones, cada una de varias gradas, unas más altas que las otras. Debajo se extendía una oscura extensión llena de tinieblas. Sobre la primera de estas divisiones vi que arrastraban un asiento, en la segunda una gran taza llena de agua; sobre la más alta había una mesa. No he visto ningún ángel presente en la construcción; pero estaba la especie más ardiente y curiosa de los múltiples espíritus de los planetas (2), que transportaban toda clase de objetos bajo esta techumbre; y allí abajo, ciertas personas envueltas en una especie de manteletas o capas eclesiásticas, llevaban todas esas cosas afuera. Nada venía de lo alto en aquella iglesia; todo provenía de la tierra y de la oscuridad, y los espíritus de los planetas lo traían y lo preparaban todo. Sólo el agua parecía tener en sí misma fuerza saludable y en cierto modo santificante. He visto traer luego dentro de esa iglesia una gran cantidad de instrumentos. Muchas personas y también niños llevaban utensilios e instrumentos de la más variada especie para hacer y producir alguna cosa; pero todo era oscuro, pervertido, privado de vitalidad y no se veía más que separación y división.
   Cerca de ésta he visto otra iglesia luminosa, colmada de gracias de lo alto; he visto a los ángeles subir y descender y he visto allí vida y crecimiento, aunque también disipación y negligencia (*2). A pesar de todo era un árbol lleno de jugo y de fuerza vital en comparación de la pseudo iglesia, que parecía un sarcófago de reliquias muertas y de figuras. Una iglesia era como un ave que vuela y se remonta en los aires; la otra como un barrilete hecho de papel por los niños, lleno de nudos, de adornos y de trozos de papel de colores en la cola, que se arrastra sobre un campo árido cubierto de estopa, en vez de remontarse a los aires. He visto que muchas de las cosas reunidas en aquella iglesia estaban amontonadas en contra de la iglesia viviente: así he visto dardos y flechas. Cada uno se empeñaba en llevar ahí dentro alguna cosa, como bastones, varas, pompas de agua, garrotes de toda clase, muñecos y espejos. Allí había trompetas, cuernos, fuelles y toda clase de objetos de toda clase y manera. Bajo la bóveda de la sacristía se afanaban por hacer pan; pero no fermentó y quedó todo abandonado. He visto a aquellos hombres con la manteleta llevar leña delante de las gradas sobre las cuales estaba el púlpito y encender fuego y soplar con los fuelles y con la boca y afanarse mucho; pero no salía de allí más que humo de una oscuridad espantosa. Entonces hicieron una abertura por arriba y colocaron un tubo; pero aquel fuego no quiso prender y se hizo tan denso de humo que terminó por sofocar. Otros soplaban en las trompetas y clarines y se esforzaban de tal modo que parecía les salían a los ojos por las órbitas; pero todo quedó allí abandonado en el suelo y luego desapareció bajo tierra; de modo que todo era muerto y ficticio y vana obra humana. 
(*2) [Es la Iglesia Católica renaciente que liderará Pedro Romano II].

   Esta iglesia es en verdad obra de los hombres, en conformidad con la nueva moda, como lo es la nueva iglesia, no católica, de Roma, que es también de esa especierefiere al grupo de clérigos que infiltró la Iglesia y la corriente modernista y que ha usurpado la Silla de Pedro, con varios cardenales sectarios del Priorato de Sión y de los Illuminati, los judío-alemanes Joseph Frings y Joseph Karl Ratzinger Peintner, ahora Benedicto XVI, el “papa judío”; para dar paso a la Iglesia Universal que será dirigida por el Anticristo Maitreya, a quien le cederá la Silla de Pedro Benedicto XVI, el mismo que liderará el Gobierno Mundial surgido de la Comunidad Económica Europea, bajo el lema del “Novus Ordo Seclorum” o Nuevo Orden Mundial-, auspiciada por el Club de Bildelberger de los Illuminati y el Priorato de Sión-.

(2) Espíritus planetarios son, según Ana Catalina, los ángeles caídos que no fueron tan culpables como los del infierno, que habitan en los planetas, desde donde descienden para tentar a los hombres; parece recordar a los ángeles que pervagantur in mundo (que vagan por el mundo). 
  1. Ve la obra de los espíritus malos en la falsa iglesia. (12 de noviembre de 1820)  
     He viajado por un país oscuro y frío y llegué a una gran ciudad. Allí dentro he visto de nuevo la extraña gran fábrica de la iglesia; pero he visto que allí no hay nada de santo, sino innumerables espíritus planetarios que trabajaban en torno de ella. He visto todo esto como veo, de modo parecido, hacerse una obra eclesiástica católica de común acuerdo entre los ángeles, los santos y los cristianos; pero aquí las formas empleadas eran mecánicas, y las ayudas y los medios de otra especie. He visto subir y bajar y enviar rayos y luz por muchos espíritus planetarios sobre aquella gente que trabajaba. Todo se hacía y resultaba según la pura razón humana. He visto allá arriba, en las altas regiones, cómo un espíritu hacía líneas y diseñaba figuras y cómo luego aquí en la tierra se ejecutaba, porque veía que uno abría los cimientos y hacía aberturas o planos. He visto que la acción de estos espíritus planetarios, que trabajan para sí y para esa gran fábrica, extendían su influjo a las más remotas comarcas. Todo aquello que parecía necesario o sólo útil a la fabricación y existencia de esta iglesia, he visto excitarlo y ponerlo por obra en los más apartados lugares y distancias y he visto ponerse de acuerdo hombres y cosas, enseñanzas y opiniones para cooperar a la obra. Había en todo ese cuadro algo de admirablemente egoístico, de orgullosamente seguro y violento; y que todo tuvo éxito lo vi en un cuadro múltiple de cosas; pero no he visto siquiera un solo ángel o un santo concurriendo a la obra. El cuadro que he visto era grandioso y perverso.
      He visto también mucho más lejos y detrás de aquel asiento o trono, un pueblo feroz armado de picas, y un rostro feo que sonreía y decía: “fabrica no más lo más sólido que quieras; nosotros la destruiremos”. Penetré además en una sala grande de aquella ciudad donde se celebraba una ceremonia odiosa, una horrible y falsa comedia. Todo estaba tapizado de negro es un rito de la masonería eclesiástica en el mismo Vaticano-. Uno fue puesto dentro de un catafalco y luego resucitó. Él estaba presente en persona y llevaba en el pecho una estrella (*3). Parecía que esto significaba una amenaza de que así sucedería. He visto dentro al diablo en mil formas y figuras. Todo era densa y oscura noche: aquello era horrible. 


(*3) [Se refiere a la estrella infernal del Pentagrama con el chivo negro invertido de Lucifer y de Satanás como lo muestra la imagen]. 
  1. Ve nuevamente la Iglesia de San Pedro. (10 de septiembre de 1822)
   He visto la Iglesia de San Pedro del todo destruida, excepto el coro y el altar mayor. San Miguel, armado y ceñido, descendió a la Iglesia y con su espada impidió que entraran en ella muchos malos pastores, y los impelió hacia un ángulo oscuro, donde se sentaron mirándose unos a otros. Todo lo que había sido destruido de la iglesia fue reconstruido en pocos momentos de suerte que pudiera celebrarse el culto divino. Vinieron sacerdotes y legos de todo el mundo trayendo piedras para reedificar los muros, ya que los cimientos no habían podido ser destruidos por los demoledores. 
  1. Ve en éxtasis a la Iglesia abandonada y afligida.
   He visto a la Iglesia enteramente abandonada por completo y sola. Parece que todos huyeran de ella. Todo es contienda en torno de ella; por doquiera veo grandes miserias, odio, traición y encono, inquietud, falta de auxilio y ceguedad absoluta. De un lugar oscuro veo salir mensajeros anunciando por todas partes malas nuevas, que causan amargura en los corazones de los que las oyen, y encienden la cólera y el odio. Yo ruego con mucho fervor por los oprimidos. Sobre los lugares donde algunos hacen oración veo descender luces, y sobre todos los demás, negras tinieblas. Este estado de cosas es espantoso. He rogado a Dios que tenga misericordia. ¡Oh ciudad!... (Roma) ¡Oh ciudad!... ¡Qué gran calamidad te amenaza!...La tempestad está próxima; prepárate, pues. Confío, sin embargo, en que has de permanecer firme. 
  1. Supervivencia de la Iglesia e indignidad de los cristianos. (4 de octubre de 1822)
   Cuando esta noche vi a San Francisco llevando sobre sus hombros la Iglesia, según la visión que tuvo el Papa (3), vi que un hombre de corta estatura en cuyo rostro había algo de judío, llevaba a cuestas la Iglesia de San Pedro, lo cual me pareció muy peligroso. En la parte norte, sobre la Iglesia, estaba María protegiéndola bajo su manto. Diríase que aquel hombre iba a caer. Parecióme seglar y que le conocía yo. Aquellos doce a quienes siempre veo como nuevos apóstoles, venían a socorrerle, pero demasiado despacio. Ya iba a caer, cuando por fin llegaron todos y se pusieron debajo de ella; también ayudaron muchos ángeles. Tratábase de salvar sólo el suelo y la parte posterior de la iglesia, pues todo lo demás lo habían destruido las sectas y aún los mismos eclesiásticos. Aquellos llevaban a la iglesia a otro lugar y parecía que a su paso venían por tierra muchos palacios como si fueran campos de mieses. Viendo en ruina a la Iglesia de San Pedro y los muchos eclesiásticos que habían trabajado en destruirla sin que ninguno quisiera decir delante de los demás lo que había hecho, sentí tal tristeza que hube de clamar en alta voz pidiendo a Jesús misericordia.
      Entonces ví delante de mí a mi Celestial esposo en figura de un mancebo, quien habló largo tiempo conmigo. Me dijo que esta traslación de la Iglesia significaba que en la apariencia había de caer en tierra por completo, pero que descansaba en estas columnas y que de ellas había de surgir de nuevo; que aunque no quedara más que un solo cristiano católico en el mundo, ella podía vencer, pues no está fundada en la razón ni en el consejo de los hombres. Luego me mostró que en la Iglesia nunca habían faltado fieles que hicieran oración y padecieran por ella. Mostróme además lo que Él había padecido  por la Iglesia, la virtud que había comunicado a los méritos y trabajos de los mártires y que todo lo volvería a padecer de nuevo si fuera posible. También me mostró en innumerables escenas la miserable conducta de los cristianos y de los eclesiásticos, en círculos cada vez mayores, en todo el mundo y en mi patria, y me exhortó a orar con perseverancia y a padecer por ellos. Había una grandeza y tristeza incomprensibles en esta escena, que no puedo describir. También se me dio a entender que casi no quedaban ya cristianos en el sentido en que antes se tomaba esta palabra, así como entendí que los judíos que ahora existen, son todos ellos fariseos y aún peores que fariseos. El solo pueblo de Judit en África está compuesto de antiguos verdaderos judíos (4). Esta visión me afligió mucho.


(3) Inocencio III aprobó el Instituto de San Francisco a raíz de haber visto en un sueño misterioso cómo el santo sostenía en sus hombros a la Iglesia de San Juan de Letrán que estaba a punto de desplomarse.
(4) De esta Judit se habla extensamente en el capítulo Visiones de una comunidad hebrea en Abisinia. 

11. Visión de la bestia del mar y del Cordero de Dios. (Agosto a Octubre de 1820)

   Esta visión, según dice Brentano en sus anotaciones, está  llena de interrupciones, porque Ana Catalina veía las cosas en tal forma que le era muy difícil describirlas luego ordenadamente. Nota también que la visión tiene muchas formas de semejanza con las Revelaciones de San Juan, que ella no había leído antes. (Se refiere al Apocalipsis).

   Veo a nuevos mártires, no de ahora, sino de tiempos futuros. Veo su aflicción y veo que se precipitan los hechos. He visto a las sociedades secretas trabajar y combatir cada vez con mayor intensidad para destruir a la gran Iglesia; y he visto entre esta gente a un espantoso animal, salido del mar  (5) [Es el demonio Leviatán, Ap.12,1ss.]
   El monstruo tenía cola como de pez, melena como de león y muchas cabezas alrededor de una mayor que las otras, erizada, formando una corona. Sus fauces eran grandes y rojas. Estaba manchado como un tigre y andaba confiadamente entre aquellos sectarios destructores (*4). Muchas veces estaba en medio de ellos, mientras trabajaban, y también ellos iban a buscarlo en la caverna donde solía esconderse


(*4) [Ap.13,11-12 refiere a “los corderos que hablan como la bestia -la jerarquía masónica- y que están totalmente al servicio de la primera bestia –la masonería laica-].

   Mientras estas cosas sucedían, he visto aquí y allá, en el mundo entero, muchos buenos y piadosos hombres, especialmente eclesiásticos, atormentados, encarcelados y oprimidos, y tuve el sentimiento interior de que un día habría nuevos mártires. Cuando la Iglesia estaba en gran parte destruida, de tal modo que no quedaba más que el coro y el altar mayor, vi a estos destructores, juntamente con la bestia, entrar en la Iglesia. Allí encontraron a una Señora grande y magnífica, que parecía estar en cinta, pues caminaba lentamente (6). Los enemigos quedaron muy admirados y espantados, y la bestia no pudo dar un paso más. Extendió furiosamente el cuello hacia la Señora, como si quisiera tragarla (7), pero ella se volvió y cayó postrada sobre su rostro. Vi entonces a la bestia huir de nuevo hacia el mar y a los enemigos correr, confundidos y desconcertados, atropellándose unos a otros: porque vi que, en torno de la Iglesia, venían desde lejos y se aproximaban grandes círculos, en la tierra y en el cielo. El primer círculo estaba formado de jóvenes y de doncellas; el segundo, de personas casadas de todos los estados, entre ellos reyes y reinas; el tercero, de personas pertenecientes a las órdenes religiosas; el cuarto, de guerreros, delante de los cuales vi a un jinete sobre un caballo blanco (8). El último círculo estaba compuesto de labradores y gente de la comarca, muchos de ellos señalados con una cruz roja en la frente (9). Mientras se acercaban, los prisioneros y oprimidos fueron liberados y se juntaron con ellos.

(5) “Y vi una bestia que subía del mar, la cual tenía siete cabezas y diez cuernos, y sobre los cuernos diez diademas y sobre las cabezas nombres de blasfemias. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo y las patas como de oso y la boca como de león” (Ap.13, 1-2, el el demonio Leviatán, el enorme dragón rojo).
(6) (Cfr. Ap.12, 1-2 es la Virgen de Guadalupe o Virgen del Apocalipsis: “Apareció en el cielo una señal grandiosa: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo los pies y en su cabeza una corona de doce estrellas (ver.1). Está embarazada y grita de dolor, porque llegó su tiempo de dar a luz (ver.2).
(7) (Cfr. Ap. 12, 13;15-16) Se trata del enorme Monstruo o Dragón rojo, Leviatán, que vomita corrientes de agua para sepultar a la Mujer, a la Virgen de Guadalupe. Aquí hay un paralelismo en la correlación profética de la Gran Batalla referida desde el Génesis hasta el Apocalipsis: Gén.3,15 a Ap.12,1ss-.
(8) (Cfr. Ap. 19, 11-15) Refiere “El Triunfo del Cordero de Dios”: “Después, el cielo estaba abierto y pude ver un caballo blanco. El que lo monta se llama Fiel y Verdadero; es el que juzga y hace las guerras justas…Anda envuelto en una capa teñida de sangre. Su Nombre es: El Verbo de Dios.
(9) (Cfr. Ap. 7, 3). Refiere al Resto Fiel a Jesús en los últimos tiempos que serán marcados en la frente.


      Los destructores y conjurados fueron echados de todos los puntos, reunidos delante de aquellos círculos, y se encontraban, sin saber cómo, juntos en un escuadrón, envueltos en confusión y tinieblas. No sabían ni lo que habían hecho ni lo que debían hacer y con la cabeza baja se precipitaron unos contra otros, como los veo hacer a menudo. Cuando todos estuvieron reunidos confusamente, los vi abandonar la obra de destrucción y perderse desorientados entre los diversos círculos.
      He visto después a la Iglesia, de nuevo, rápidamente restaurada, con mayor esplendor que antes, pues las gentes de todos los círculos, de una extremidad a la otra del mundo, se alcanzaban unas a otras las piedras para reedificarla. Cuando esos círculos se aproximaban, el primero o el más interno se colocaba detrás de los otros. Parecía que se distribuían entre ellos las obras diversas de oración y como si el círculo de los guerreros comenzase obras de guerra (*5). En este círculo me parecían confundidos amigos y enemigos de todos los pueblos. Eran verdaderos soldados de nuestra especie y color. Este círculo, sin embargo, no estaba del todo cerrado, sino que hacia el Septentrión tenía una mancha amplia y oscura, como una abertura, como un abismo. Este abismo se extendía hacia abajo, en las tinieblas, precisamente como en los umbrales del Paraíso, en aquel punto donde Adán, arrojado, salió afuera. Me parecía como si allá abajo se extendiese un oscuro y tenebroso lugar. He visto como si porciones de este círculo quedasen atrás y no quisiesen avanzar y éstos se mantuviesen estrechados entre sí y tristes los rostros, mirándose unos a otros. En todos estos círculos he visto a muchos que serán mártires de Jesucristo, ya que había también muchos malos y por esta causa habría otra división


(*5) [Refiere a El Ejército Mariano” preparado en el final de los tiempos para combatir a los sectarios que infiltran al Templo –a la Iglesia de Cristo- y contra las obras y los ejércitos del reino de las tinieblas con el anticristo Maitreya Raj Patel. El Ejército Mariano preparará a los líderes de los grupos o círculos de oración y de guerra: a los “Guerreros de Fuego”].
      Vi que la Iglesia había sido del todo restaurada, y sobre ella el Cordero de Dios, encima del monte (*6), y en torno de Él, un círculo de vírgenes con palmas en las manos, y los cinco círculos de las escuadras celestes, como los de la tierra. Los círculos celestes habían avanzado juntamente con los terrestres y obraban de común acuerdo. En torno del Cordero estaban las cuatro imágenes apocalípticas de los animales sagrados. 


(*6) [Cfr. Ap.14,1: “Tuve otra visión: el Cordero estaba de pie sobre el Cerro Sión.]
  1. Ve las abominaciones de la Francmasonería. (La contraiglesia) (10)
   Esta iglesia maldita es pura inmundicia, es la vaciedad y las tinieblas. Casi ninguno de los suyos conoce las tinieblas en las cuales trabaja (*7). Todo es en ella vana oscuridad; sus escarpados muros nada contienen; el altar que usan, es una silla. En una mesa hay una calavera cubierta, entre dos luces; a veces la descubren. En sus “consagraciones” echan mano a dagas desnudas. Aquí está el mal sin mezcla de bien; ésta es la comunión de la gente non sancta (*8). Yo no puedo declarar con palabras cuán abominables son, y cuán perniciosos y vanos los intentos de esta asociación, desconocidos en gran parte por sus mismos adeptos. Quieren hacerse todos un solo cuerpo con algo que no es Jesucristo. Habiendo yo apartado a uno de ellos, se llenaron de furor contra mí. Cuando la ciencia se divorció de la fe, surgió esta iglesia sin Salvador, sin creencia; esta comunión de “santos” sin fe; la contraiglesia, cuyo centro es la maldad, el error, la mentira, la hipocresía, la flaqueza y la astucia. Nació así un cuerpo, una comunidad fuera del cuerpo de Jesucristo, o sea, fuera de la Iglesia; una iglesia falsa sin Salvador, cuyo misterio es no tener misterio alguno. (Cfr. http://antiiglesia.blogspot.com )

(*7) [Se refiere a la secta masónica y a la “iglesia universal” que fundará el anticristo Maitreya, pues el Eterno Sacrificio habrá cesado por indicaciones del mismo antipapa desde el Vaticano. Cfr. Dn.8,11; Ap.13,1ss].
(*8) [Se refiere a los ritos de los masones y de los Illuminati, que usan mandiles, bandas, espadas y dagas afiladas con forma flamígera; cráneos o calaveras entre velas encendidas; estas prácticas de ritos de muerte y demoníacas las practican desde las iniciaciones en las sectas como en la tercera cámara de maestros masones y demás grados y liturgias negras].
(10) El Papa Pío VII condenó la secta secreta de los Carbonarios, nombre con que se designaban los masones en Italia, el 13 de septiembre de 1821.
Distinta en cada lugar, temporal, finita, cortesana, egoísta, dañosa y que a pesar de las obras buenas de que se precia, conduce finalmente al abismo de la miseria. El mayor peligro que ofrece es su aparente inocuidad. En todas partes hacen y desean cosas diferentes; en muchas obran sigilosamente; en otras preparan ruinas sin que sean conocidos, sino de pocos, sus malvados planes. Así coinciden todos con sus obras en un centro que es el mal, y obran y trabajan fuera de Cristo, porque en Él únicamente es santificada toda vida y fuera de cuyo reino toda obra es trabajo que permanece en la muerte y en el demonio. 

13. Los trabajos de las sectas. (Fiesta de la Candelaria)


   En estos días he visto muchas maravillas de la Iglesia. La Iglesia de San Pedro estaba casi destruida por las sectas; pero los trabajos de éstas fueron aniquilados y todas sus pertenencias, mandiles y utensilios, quemados en un lugar inmundo por la mano del verdugo. Había allí pelo de caballo que exhalaba tal hedor, que me causó mucho daño. En esta visión se me presentó la Madre de Dios ejercitando su poder a favor de la Iglesia. Desde entonces mi devoción a María es cada vez mayor.

14. Visión de la época del Anticristo.


   Después de haber visto la cesación del santo sacrificio de la Misa, en la época del Anticristo (11) (Cfr. (*7)… [Dn.8,11; Ap.13,1ss] , continuó narrando lo siguiente:
   He visto un gran cuadro eclesiástico, pero no soy capaz de reproducir todo el conjunto. He visto la Iglesia de San Pedro y en torno de ella muchos campos, jardines, vecindades y bosques. He visto a muchas personas contemporáneas nuestras de todas las partes del mundo y muchísimas otras que conozco personalmente o por medio de las visiones, que entraban en la Iglesia, y parte de ellas paseaban con indiferencia yendo a otros puestos diversos. Había dentro una gran solemnidad y sobre ella se veía una nube luminosa de la cual descendían apóstoles y obispos santos, que se reunían en coro sobre el altar. Entre ellos he visto a Agustín y a Ambrosio y a todos aquellos que han hecho mucho por la exaltación de la Iglesia. Había una gran solemnidad y se celebró la Misa.
   Y yo he visto en medio de la iglesia un gran Cristo abierto de cuyo lado más largo pendían tres sellos; de cada uno de los más estrechos dos solos estaba abierto más bien hacia la parte anterior de la iglesia, que en el centro de la misma. He visto también encima al evangelista Juan y supe que eran las revelaciones que tuvo en la isla de Patmos. Aquel libro estaba apoyado sobre un atril en el coro. Alguna cosa había tenido lugar (12) antes que este libro hubiese sido abierto, pero he olvidado lo que fue. Es una verdad, lástima que aquí haya un aviso en mi visión. El Papa no estaba en la iglesia. Estaba escondido (*9). Creo que aquellas gentes que había en la iglesia no sabían dónde estaba él. No sé ya si él estaba en oración, o hubiese muerto. 


(*9) [Es la huida de Juan Pablo II que no ha muerto, él vive, en pleno año 2012 y está bajo resguardo en un lugar seguro como lo ha revelado la Virgen María como Reina de los Profetas].
(11) Se refiere a las acciones que causarán la cesación del Eterno Sacrificio y de todas las abominaciones que acontecerán en el Templo, el Vaticano, en el final de los tiempos, profetizadas en Dn.8,11; Ap.13,1ss.
(12) Este acontecimiento, que lamenta no recordar, nos hubiera dado una pauta para interpretar algunos capítulos del Apocalipsis.

   He visto por los demás que todas aquellas gentes tenían que poner la mano sobre cierto paisaje en el libro de los evangelios, fueron eclesiásticos o laicos, y que entre muchos de ellos descendió una luz, como una señal que los santos apóstoles y obispos les participaban. He visto también que muchos hacían este acto superficialmente. Fuera de la iglesia he visto aproximarse a muchos judíos que querían entrar, pero no lo podían hacer aún. Al fin llegó toda entera la multitud que al principio no había podido entrar adentro. Era un pueblo innumerable (13). Entonces he visto de improviso aquel libro ser tocado por un contacto sobrenatural y cerrarse enseguida. Esto me hizo acordar cómo una vez en el convento, de noche, el demonio me apagó la luz y me cerró el libro.
   En torno de allí, pero en lontananza he visto una espantosa y sangrienta batalla y vi una gigantesca lucha del lado del Septentrión y del lado del Occidente. Este fue un cuadro grande y muy serio. Siento haber olvidado aquel lugar del libro sobre el cual los hombres debían poner los dedos. 

15. Ve los estragos que causan los enemigos a la Iglesia y a la futura restauración por medio de María. (Pascua de 1820)

   Cuando Ana Catalina tuvo esta visión, el guía le dijo que abarcaba siete espacios determinados de tiempo; no pudo luego, al relatar, fijar los límites de cada tiempo ni decir cuál de esos tiempos correspondían a dichos acontecimientos.
   He visto a la tierra como en una superficie redonda, cubierta de oscuridad y tinieblas. Todo estaba corrompido y a punto de perecer. Esto lo he visto muy detalladamente en todas las criaturas, en los árboles, en los arbustos, en las plantas, en las flores, en los campos. Parecía como si las aguas de los arroyos de las fuentes, ríos y mares fuesen sorbidas y volviesen a su origen. Fui por la tierra desolada y vi a los ríos como líneas delgadas, a los mares como negros abismos en medio de los cuales sólo había algunas grietas con agua. Todo lo demás era fango espeso y oscuro donde veía toda suerte de animales monstruosos y peces luchando con la muerte. Vi tanta distancia alrededor que pude distinguir con toda claridad las orillas del mar donde en otra ocasión yo había visto que San Clemente (14) fue sumergido. Vi también lugares y muchedumbre de gentes tristes y turbadas y muchas ruinas.
   A medida que crecían la sequedad y la desolación de la tierra, se aumentaban las obras tenebrosas de los hombres. Vi muchas maldades, en particular reconocí a Roma y vi la opresión que padecía la iglesia y su decadencia en lo interno y en lo externo. Vi grandes ejércitos que se dirigían a un mismo punto desde varias regiones y todos estaban empeñados en luchas y batallas. En medio de ellos he visto una gran mancha negra a manera de un enorme agujero y en torno de él los combatientes eran cada vez menos, como si cayeran en aquél abismo como si nadie los viese caer.

(13) Es un hecho admitido que los judíos, constituidos ya en nación reconocerán finalmente que Jesucristo es el Mesías al que han desconocido por tanto tiempo y entrarán en las iglesias católicas. Algunos colocan este hecho durante el tiempo de la predicación de Elías y Enoc. Entre otros muchos textos sobre la conversión de los judíos, véase especialmente en el Cap. 11 de la Epístola de San Pablo a los Romanos.
(14) San Clemente I, romano, gobernó las iglesias por nueve años; fue martirizado en el Quersoneso Taurico, precipitándosele en el Mar Muerto el año 100.

   Durante esa lucha vi en medio de tanta ruina y corrupción a doce hombres, en diferentes comarcas. Sin conocer ni tener noticias los unos de los otros, recibir como torrentes del agua viva que deriva de la vida eterna. Vi que todos ellos trabajaban en lo mismo, en diferentes lugares y que no sabían de dónde les venían los dones necesarios, pues cuando acababan una misión les encomendaban otra. Eran doce y ninguno de ellos pasaba de los cuarenta años. Tres eran sacerdotes y alguno otro quería serlo. Vi también que algunas veces yo tenía relación con alguno de ellos, como si le conociera o estuviera cerca de él. En sus trajes no había nada de particular; cada uno de ellos vestía según el uso actual de su país. Vi que obtuvieran de Dios lo que se había perdido y cómo en todas partes obraban el bien. Todos eran católicos.
   En medio de la tenebrosa corrupción vi falsos profetas y otras personas que trabajan contra los escritos de estos doce apóstoles, los cuales desaparecían con frecuencia en medio del tumulto y luego salían otra vez más resplandecientes que antes. Vi unas mujeres que estaban como en éxtasis y junto a ellas hombres que las  magnetizaban. Ellas predecían lo futuro; pero a mí me causaba aversión y horror, me pareció ver aquella mujer de Münster y pensé dentro de mí, con inquietud que al menos el padre Limberg, no estaría junto a ellas. Cuando las filas de los que combatían en torno de aquel negro abismo se aclararon más y más, y en medio del combate desapareció toda una ciudad, aquellos doce hombres apóstoles aumentaron mucho el número de los que peleaban a su lado y desde la otra ciudad (la verdadera ciudad de Dios, Roma) salió un cono de luz que penetró en el oscuro disco. Vi por arriba de la iglesia, humillada y menoscabada, una hermosísima Señora con un manto azul celeste muy extendido y con una corona de estrellas en la cabeza. De Ella procedía la luz que penetraba cada vez más en la oscuridad, y allí donde llegaba esa luz, todo era renovado y todo volvía a prosperar. Los nuevos apóstoles entraron todos en aquella luz. Yo creía haber visto a mí misma con otros a quienes conocía, que estábamos delante, en lo alto. En una gran ciudad vi una iglesia, la más pequeña entre otras, que llegaba a ser la primera. Los nuevos apóstoles fueron iluminados por la luz. Creo haber visto con ellos a la cabeza, a otros que no conozco.
   Todo volvió a florecer de nuevo. Vi un nuevo Papa muy severo (15). El abismo se hacía cada vez más estrecho: se hizo tan pequeño que podía ser cubierto con un balde de agua. Finalmente vi tres ejércitos o comunidades que se unían a la luz. Había entre ellos personas buenas e ilustradas, las cuáles entraron en la iglesia. Todo se había renovado y estaba floreciente. Vi que se edificaron iglesias y monasterios. Durante aquella tenebrosa aridez, fui trasportada a un prado lleno de verdor y de cándidas flores que otras veces había tenido que recordar después. Encontré un vallado de espinas, con el cual me había lacerado y arañado mucho durante aquellos tiempos ocurridos. Ahora estaba todo florido y penetré en él alegremente. 

(15) Es una de las características de la personalidad con que gobernará Pedro Romano II para poner orden y reedificar la Iglesia renaciente, expulsando a los clérigos sectarios y a los que se dejaron seducir por los clérigos sectarios o que por temor prefirieron adherirse a ellos en vez de denunciarlos y combatirlos.

16. Las llagas del Señor derraman bendiciones sobre la Iglesia y el mundo.


   El arcángel San Miguel descendió de la iglesia y vi sobre ella, en el cielo, una gran cruz luminosa, de la cual pendía el Salvador. De sus llagas descendían sobre el mundo franjas de luz que se difundían por todas partes. Las llagas eran rojas y como brillantes puertas, y el centro de ellas, dorado como el sol. No llevaba la corona de espinas, pero de las heridas de su cabeza salían rayos horizontales de luz que iluminaban el mundo. Los rayos que salían de las manos y de los pies eran como el arco iris y se dividían en rayos muy finos, y, muchos, iban a iluminar aldeas, ciudades y casas por el mundo entero. Vi estos rayos en muchos lugares al mismo tiempo, cerca y lejos, descender sobre toda clase de moribundos y atraer con violencia a las almas, las cuales, por uno de estos colores del arco iris, se corrían hacia las llagas del Salvador. Los rayos de la herida del costado descendían sobre la iglesia que estaba debajo, como un torrente ancho y caudaloso. De esta suerte resplandecía la iglesia y por este torrente de luz entraban la mayor parte de las almas en el Señor.
   Vi  oscilar en el cielo un corazón rojo y brillante unido con la cruz por una franja luminosa que de él salía hacia la herida del costado del Salvador. Otra franja luminosa, que partía también del corazón, se extendía sobre la iglesia y sobre muchas comarcas. Estos rayos de luz atraían a muchas almas al corazón y pasando a través de él iban por la faja de luz que lo unía con la cruz y entraban en el costado de Jesús. Se me dijo que este corazón era el de María.
   Además de los rayos luminosos, pendían de las llagas unas escalas, algunas de las cuales no llegaban a tierra. Estas escalas eran unas treinta, diferentes todas entre sí: las había anchas y estrechas, unas con peldaños juntos y otras con peldaños separados, unas aisladas, otras juntas y agrupadas. Sus colores eran los mismos del lugar de purificación, oscuros, claros, grises, cada vez más vivos a medida que se subía en ellas.
   Por estas escalas vi subir trabajosamente a muchas almas. Unas iban rápidamente, como si hubiera quien las ayudara a andar con firmeza; otras se empujaban unas a otras y caían en los escalones inferiores; algunas caían en la oscuridad más profunda (16). Aquella trabajosa subida parecía más conmovedora cuando se la comparaba con la alegre entrada de las que eran atraídas a modo de absorción. Las que subían sin retroceder con paso firme, parecía que estaban más unidas con la iglesia que con las otras que se detenían o esperaban o se quedaban solas.

(16) Aquí radica el trabajo de predicación y evangelización a las almas que debe realizar El Ejército Mariano mediante el Calcañal de la Virgen, como Reina y Madre de la Iglesia y de la Humanidad, así como la importancia trascendental de preparar a los grupos de oración que tengan incluido este ministerio para ayudar a esas almas que se atoran, retroceden o se caen.

   Detrás de la cruz, muy adentro, allá en el cielo, vi muchas imágenes de la obra de la Redención en el camino de la divina gracia, a través de la historia del mundo hasta su cumplimiento en la Redención. Yo no me detuve en ningún punto; recorrí la franja luminosa viéndolo todo.
17. Ve la proximidad del Reino de Dios.


   Cuando hubo cesado el combate en la tierra, la iglesia y el ángel se tornaron blancos y resplandecientes, y el ángel desapareció. También desapareció  la cruz, y en el lugar que ella ocupaba apareció una Señora alta y resplandeciente, encima de la iglesia, extendiendo sobre ella su dorado y brillante manto (17). Debajo en la iglesia se oyeron voces de mutua humillación y reconciliación. Ví a obispos y pastores acercarse y cambiar sus libros. Las sectas reconocieron a la iglesia por su admirable victoria y por la luz de la revelación que habían visto resplandecer en ella. Cuando vi esa unión, sentí profundamente la proximidad del reino de Dios. Vi un resplandor y una vida superior en toda la naturaleza y un santo impulso en todos los hombres, como cuando se aproximaba el nacimiento de Jesús, y de tal manera sentí la proximidad del reino de Dios, que me vi obligada a salir a su encuentro. (En esta parte de la visión, oraba en alta voz).

(17) Resalta el Triunfo de la Mujer vestida de Sol (Ap.12,1ss), es el mismo Triunfo de la Mujer que aplasta la cabeza de la serpiente (Gén 3,15) profetizada y prometida a la Virgen María, revestida ahora con un Manto dorado brillantísimo, como de oro vivo, como el sol de oro vivo que rodea a la bendita imagen de la Virgen de Guadalupe que han contemplado algunos profetas y videntes en este final de los últimos tiempos.

   De la venida de María tuve un vivísimo presentimiento. Vi a su estirpe ennoblecerse a medida que se iba acercando a esta flor. Vi venir a María: cómo la vi, no podría decirlo. De la misma manera siento la proximidad del reino de Dios. Sólo puedo comparar aquel sentir con este modo de ver. El reino de Dios lo vi acercarse cumpliéndose el anhelo de muchos fieles atraídos por la fe humilde y el ardentísimo amor. Vi aparecer en la tierra muchos rebaños pequeños y luminosos de corderos, apacentados por pastores; vi que éstos eran verdaderos pastores de Aquél que, como Cordero, dio su sangre por nosotros; y vi que un amor infinito y una virtud divina reinaban entre los hombres (18).

(18) Se refiere a los jerarcas de la nueva Iglesia Católica y Cristiana renaciente que dirigirá Pedro Romano II.

   Cerca de mí vi pastores, de quienes yo sabía que no pensaban en nada de esto, y deseé vivamente que despertaran de su sueño. 

18. Ve la Iglesia de Roma. (27 de Diciembre de 1820)


   Veo a la Iglesia Romana resplandeciente como el sol. De ella salían rayos a torrentes que se dilataban por el mundo entero. Me fue dicho que esto se refería a la revelación de San Juan, mediante los cuales algunos cristianos debían recibir parte de esa luz y que ésta recaería por entero a favor de la iglesia. He visto acerca de esto un cuadro muy preciso, pero no lo puedo expresar con palabras.

19. Ve a la Iglesia después del combate.


   Vi  a la iglesia después del anterior combate resplandeciente como el sol. En ella se celebraba una gran solemnidad y vi que entraban muchas procesiones. Vi un nuevo Papa muy severo y riguroso. Antes de empezar la fiesta había despedido a muchos obispos y pastores, porque eran malos. Vi que concurrieron a la celebración de esta fiesta los santos Apóstoles especialmente. Entonces vi muy próximo el cumplimiento de estas palabras: “Señor, venga a nos el tu reino”. Apréciame ver descender de lo alto luminosos jardines celestiales y unirse con lugares inflamados de la tierra y todo allí sumergirse en la luz primitiva. Los enemigos, que habían huido del combate, no fueron perseguidos, pero se dispersaron (19).

(19) Es el inicio del Reino de la Paz que durará mil años, y después será soltado nuevamente Satanás para probar a los hombres en su fidelidad a Dios y para ver si ya aprendieron a no ofenderle ni traicionarlo (Ap. 20,1-3).

20. Visión de la Jerusalén celestial.


   Vi en las brillantes calles de la ciudad de Dios muchos palacios y jardines resplandecientes, en los cuales había innumerables cohortes de santos, que discurrían alabando a Dios y derramando sus gracias sobre los hombres. En la celestial Jerusalén no hay ninguna iglesia: el mismo Cristo es la iglesia. María reina en la ciudad de Dios, y sobre ella están Cristo y la Santísima Trinidad. Desde Ella desciende sobre María celestial rocío, que se difunde sobre toda la santa ciudad.
   Vi  debajo de la ciudad de Dios, a la iglesia de San Pedro y me regocijé  porque, a pesar de la negligencia de los hombres recibe siempre del cielo la verdadera luz. Vi los caminos que van a la Jerusalén celestial y a los santos pastores que conducían a ella a las mejores almas de su rebaño. Estos caminos no estaban muy llenos.
   Vi  también el camino por donde yo he de ir a la ciudad de Dios, y vi, cómo desde el centro de un amplio círculo, a todos aquellos a quienes de algún modo había yo ayudado. Vi a todos los niños y a los pobres a quienes había cocido algún vestido y me admiré y me alegré especialmente al ver las diversas maneras en que los había cortado. Después vi todas las escenas de mi vida en que había sido útil a alguno, ya con mi ejemplo, o con auxilios, oraciones y trabajos. Vi el provecho que de aquí se había seguido en forma de jardines nacidos de mis propias obras. Estos jardines habían sido cultivados de diferente modo por sus diferentes modos; algunos los habían dejado perderse. He visto qué suerte cupo a cada una de aquellas almas en quienes yo había causado alguna impresión.

Notas:
1. Las notas que aparecen indexadas entre paréntesis en números arábigos progresivos dentro de los mismos párrafos, presentan al lector las referencias a que alude la Vidente y Profeta a lo largo de sus revelaciones: (1); (2); y hasta la nota (19).
2. Las notas que contienen un asterisco precediendo al número de la nota puesta entre paréntesis, refieren una explicación complementaria al texto surgida de un proceso de discernimiento e iluminación: Ej: (*1), y hasta la nota (*9).
3. Las Visiones y Revelaciones no están puestas en estricto orden cronológico en los escritos de la Venerable Ana Catalina Emmerick, como tampoco están en orden cronológico los  sucesos descritos en los textos del libro del Apocalipisis o de las Revelaciones escritos por San Juan apóstol.
(A) Varias de las Visiones y Revelaciones concedidas a la Venerable Ana Catalina Emmerick encuentran su significado y sentido con los documentos intitulados “El Triunfo de la Virgen María sobre la masonería” que revela el tipo de ritos que los masones hacen grado por grado, los utensilios y vestimentas que usan, el rito de muerte del 3er. grado de los maestros masones; y las Bulas Pontificias que condenan la filiación, participación y todo tipo de colaboración con esta secta impía y abominable, misma que ha infiltrado a la Iglesia Católica, cuya presencia está simbolizada en Ap. 13, 11-12.
B) Los distintos Mensajes y Confidencias hechos por la Santísima Trinidad y la Santísima Virgen a los Profetas y Videntes de “nuestros tiempos”, coinciden plenamente en sentidos y contenidos con la obra citada de Ana Catalina Emmerick: “El Triunfo de la Virgen María sobre la masonería” y del “Apocalipsis”, conteniendo una verdadera exégesis en correlación con los mensajes dados por Nuestra Santísima Madre al P. Steffano Gobbi y con las referencias bíblicas correlativas a diferentes textos de las revelaciones concedidas a Ana Catalina Emmerick.
______________________________________________________________________
Ana Catalina Emmerick”; Visiones y Revelaciones Completas, Libro 3, Ed. Fundación Jesús de la Misericordia, Quito, Ecuador; Tomo Primero, Libro III Autobiografía y Visiones Generales. http://vocesprofeticas.blogspot.com  E-mail: vocesprofeticas@gmail.com y http://antiiglesia.blogspot.com E-mail: antiiglesia@gmail.com

viernes, 27 de abril de 2012

LA INFILTRACIÓN A LA IGLESIA FUE EL INICIO DEL PLAN DE DEMOLICIÓN DEL PRIORATO DE SIÓN CON SUS TENTÁCULOS "ILLUMINATI", MASONERÍA Y EL COMUNISMO CON LA CORRIENTE MODERNISTA. ATENTADOS CONTRA LOS PAPAS PAULO VI, JUAN PABLO I Y JUAN PABLO II; BENEDICTO XVI ES EL FALSO MESÍAS O PAPA JUDÍO. LO CONFIRMA SERIE DE EXORCISMOS

“ADVERTENCIAS DEL MÁS ALLÁ A LA IGLESIA CONTEMPORÁNEA
GRAVÍSIMAS REVELACIONES SOBRE LA IGLESIA Y EL MUNDO,
EL GRAN AVISO Y EL CASTIGO A TRAVÉS DE LOS EXORCISMOS
(TOMADO DEL LIBRO DEL P. ARNOLD RENZ, EDIT. LIBRERÍA ESPIRITUAL, QUITO, ECUADOR)
PERTE 5 DE LOS EXORCISMOS.

Al Papa Paulo VI le impusieron un "doble" mientras lo mantenían secuestrado en su habitación en el Vaticano, paralizado de sus piernas por drogas que le mandaba suministrar el Dr. Renato Buzoneti a las órdenes de los cardenales del Priorato de Sión y de los Illuminati (Cf. http://antiiglesia.blogspot.com en las Etiquetas "Cómo llegó el 'ladrón' a la Silla de Pedro!)

Esta parte de los exorcismos revela aspectos muy interesantes sobre la situación de la Iglesia Católica profetizada desde el capítulo 12 al 22 del Apocalipsis; y en particular, de la condición en que se encontraba el Papa Paulo VI - secuestrado en el mismo Vaticano y al que habían usurpado sus funciones y poder, al poner “un doble, o socia” – para manipular el poder de la Iglesia desde su cúpula. Esta acción de los sectarios y comunistas al servicio del Infierno, eran los cardenales Jean Marie-Villot, Secretario de Estado, en complicidad con Antonio Casaroli y el cardenal Benelli.

 El card.Jean-Marie Villot, Secretario de Estado de la secta Illuminati, quien encabezó el secuestro de Paulo VI en el Vaticano; y el asesinato del Papa Juan Pablo I, en complicidad con los cardenales masones Agostino Casaroli y Benelli.

Los tres cardenales manipulaban los nombramientos conforme al plan de los jerarcas Illuminati y masones; nombraban a quienes ellos querían que fuesen integrantes de la Jerarquía Vaticana, se apoderaban de las posiciones de mayor rango y poder en la sede vaticana y de cada Conferencia Episcopal en todas las naciones donde la Iglesia tiene su representación. Los tres cardenales illuminati, suplantando la firma del Pontífice, giraban las órdenes o instrucciones pontificias, controlaban la correspondencia del Papa, etc.  
Los exorcismos revelan la actuación de los malos sacerdotes y su complicidad, así como el hecho de que Jesucristo ya no se encuentra en muchas Misas, sobre todo desde que promovieron la “corriente modernista”, degradando la Liturgia de la celebración de la Santa Misa o Eterno Sacrificio - del latín a lenguas vernáculas -; las cabezas visibles en el Concilio Vaticano II que promovieron este empobrecimiento de la Sagrada Liturgia, fueron los cardenales miembros del Priorato de Sión y de los Illuminati, Joseph Karl Ratzinger Peintner, -judío-alemán, actual Benedicto XVI – y el también cardenal judío-alemán Joseph Frings.

Otro aspecto importante que destaca, es que el demonio Veroba hace referencia a dos de los tres Grandes Eventos profetizados para la Humanidad y que han de venir muy pronto: el Gran Aviso y el Castigo.

Confirman las revelaciones de estos exorcismos, los Mensajes de la Virgen; ver:

Nomenclatura para identificar los personajes en el proceso del exorcismo de la fecha que se indica:
E - Exorcista
V - Veroba (demonio)

5
EXORCISMO DEL 12 DE ENERO DE 1.976
(Contra Veroba, demonio del coro de las Potestades)
E – Te encomendamos Veroba, en nombre (…) que digas la verdad, todo lo que quiera la Santísima Virgen.V – ¡Los mismos buenos combaten a los buenos! ¡Antiguamente no era así! ¡Antiguamente los buenos estaban unidos! ¡Comenzó la locura que va a alcanzar lo máximo! Más todo se tornará peor.
E – ¡Continúa, en nombre (…)!
V – Actualmente, los hombres ya no se inclinan sobre las Sagradas Escrituras, además que en todas partes se presentan de unos modos diferentes, o sea, deformados, organizados de otra forma, hechos para agradar a cada uno. Sólo se debería defender la Sagrada Escritura no falsificada, la antigua, la buena, el resto proviene de combinaciones y puede decirse que están envenenando.
E – ¡Continúa diciendo la verdad (…)!
V – La gran Señora quiere salvar a todos lo que pueda. El mundo es tan pervertido, que Ella ya no puede salvar a las almas en masa. En tanto Ella todavía quiere hacer todo lo que puede. Ella ama a sus Hijos, los ama más de lo
que se merecen muchos de ellos.
E – ¡Continúa diciéndonos la verdad, en nombre (…)!
V – ¡Si nosotros todavía pudiésemos ser amados por un décimo de ese amor (gime horriblemente)! Ella ama a sus hijos como solo una madre los puede amar.
Esta es la razón del porqué es preciso de que muchos hombres buenos, legos, justos, tomen conciencia de que es necesario rezar y también sufrir por la salvación de las almas, que de otro modo se perderían o se ahondarían
todavía más en los caminos de la perdición. La confusión es entonces terrible, mas todavía podría ser peor.
¡En tanto deben hacer lo que Ella quiere!
E – ¿Qué es lo que la Santísima Virgen quiere? ¡Habla, en nombre (…)!
V – Quiere que perseveren en éste camino y no se desvíen de él un milímetro siquiera, así mismo que el diablo ataque con todo su poder.
E – ¡Di la verdad, di lo que tengas que decir de parte de la Santísima Virgen y en nombre de la Santísima Virgen!
V – Consuélense con el Papa, él sufre todavía más que ustedes. Hace mucho que el desea que todo llegue al fin.
En tanto tendrá que continuar rezando y haciendo sacrificios. Ustedes deben darle su apoyo.
Los laicos tienen que colaborar también. En este momento es absolutamente necesario un mayor discernimiento para examinar todas las ideas, así mismo las mejores, pues cada uno que juzgue la mejor idea, lo mismo cuando es falsa.E – ¡Continúa diciendo la verdad Veroba, di lo que la Santísima Virgen te encargó decir… Tú no tienes el derecho de mentir!
V – Si Ella no estuviera en el Cielo y se podría mover. Hace mucho que estaría cruzada de brazos, más Ella es paciente, infinitamente más paciente que todos los hombres juntos… Oh, si Ella todavía pudiese ejercer ésta paciencia conmigo (gime horriblemente). Nosotros los del infierno dejamos de tener esperanza, la única cosa que nos resta ahora es hacer revelaciones para ustedes. ¡Ha! como es de horrible lo que tenemos que revelar ahora, lo que no desearíamos.
E – ¡Continúa diciendo lo que tienes que decir en nombre de la Madre de Dios!
V – En breve Jesús Cristo ya no estará presente en todas las Misas. Lo mismo ahora, Él ya no está presente en todas. Hay muchos Sacerdotes que ya no creen en la presencia Sacramental de Cristo por la Consagración. ¡Es lamentable! La Misa deja de ser fuente de Gracia y cuando todavía lo es, ¡es en muy pocas ocasiones! Si todos aquellos que se dicen Padres, celebrasen convenientemente la Misa – La Misa de Pío V- El mundo cambiaría de un modo extraordinario.
Infelizmente, no es ese el caso. Por eso, continuamos insistiendo junto a los Cardenales, los Obispos, los Sacerdotes, y por fin los laicos, por lo menos para nosotros.

E – ¡Veroba!, ¡Continúa! ¡Di lo que tengas que decir de parte de la Santísima Virgen, en nombre (…)!
V – Si Ella, La Poderosa, si todavía pudiera llorar, – Ella puede en sus apariciones – Si Ella todavía pudiera llorar en el Cielo, la tierra entera quedaría inundada con sus lágrimas. Ella todavía tiene piedad de éstos miserables gusanos de la tierra.
Ella tiene compasión de ellos y vuelve a llamarlos, intenta retenerlos, mas los hombres ya no La quieren oír.
Como ciegos, se dejan enredar en los hilos de esas marionetas, que apenas son nuestros carteles publicitarios…mas las personas no se convencen de eso. Es esa nuestra gran ventaja.
E – ¡Continúa diciendo la verdad Veroba!, en nombre (…)!
V – El mismo Judas, con su traición odiosa, no fue tan malo como muchos sacerdotes actuales. Judas no actuó ocultamente. El sentía que Jesús estaba enterado de su pecado. Entonces arrepentido tiró las treinta monedas
para el templo “Entregué Sangre Inocente”.
¿Habrá un Sacerdote de nuestra época que proceda así? Los Sacerdotes de hoy son muchos peor, ninguno se arrepiente del mal que comete. Es como una enfermedad contagiosa. Están infectados hasta la médula, mas se ayudan unos a los otros para que todo permanezca oculto. ¿Durante cuanto tiempo todavía?
En el día en que la verdad venidera de arriba, la ventaja es de la Iglesia y no nuestra. El papel representado por la Iglesia hasta nuestros días, ¡no puede ser dejado de lado afuera como un par de zapatos viejos y usados, o un vestido viejo que tiene que ser remendado!
E – ¡Continúa diciendo la verdad, en nombre de la Santísima Trinidad!
V – Es triste para la Poderosa y para el Cielo, ver que tantas almas buenas y que Ella ama, que no estaban bien con el Cielo, estén ahora paralizadas.
Muchos ya no saben en medio de tanta confusión. Surge a si mismo el peligro de, insensiblemente, vayan por el camino errado. Es por eso que yo, Veroba, tengo que decir lo siguiente: “Deben rezarle mucho al Espíritu Santo. Nunca es demasiado rezarle al Espíritu Santo”.
E – ¡Continúa diciendo la verdad Veroba! ¡Di todo lo que tengas que decir de parte de la Santísima Virgen!

V – ¡No lo quería decir! ¡Ya no quiero decir nada más!
E – ¡Tienes que revelar todo, de parte de la Santísima Virgen y en nombre de la Santísima Trinidad!
V – Ella manda a decir: “No desesperen, aunque los justos erren por sus culpas”. Jesús siempre dice: “Vendrán tiempos, en que aquellos que ustedes mataron, pensaran rendir culto a Dios”. Esos tiempos llegarán. No serán muertos ahora, muchos ya fueron, más ustedes no. 
Es preciso que soporten algunas persecuciones. Mas ahora todavía vendrán tiempos peores.
Esta situación tal vez ya no dure más de diez años. Nosotros mismos no lo sabemos. Solo sabemos que ya no falta mucho.

El propio Cristo dice: “Ustedes no saben ni el día ni la hora en que vendrá el Hijo del Hombre”, ¡estas palabras no valen solo para el fin del mundo, como todavía para los castigos. Refiriéndose todavía a los castigos y también a la muerte de cada hombre en particular.
En el Aviso está incluido el Castigo. No será nada ligero. Con el Aviso comenzará el castigo, será, por así decir, la primera parte del castigo.
E – ¡Di la verdad, Veroba, di lo que tengas que decir, más solo la verdad!
V – Esta situación ya no durará más de diez años, según nuestras cuentas es bien posible que el aviso…, mas como lo dije antes, nosotros, en el infierno, no lo sabemos con certeza *(gruñe horriblemente). Las muchas oraciones de fieles, han evitado el Castigo. De hecho, es paradojal continuar rezando, pues con el retardamiento del Aviso y del Castigo, la confusión aumentaráA pesar de eso tienen que rezar mucho. La Virgen así lo quiere, porque así hay muchas almas que todavía se pueden salvar (grita horriblemente).
      
       Efectivamente, solo Dios conoce el futuro, los demonios y almas condenadas, sólo pueden hacer· predicciones más o menos fundamentadas sobre los acontecimientos futuros.

El siguiente artículo confirmatorio de lo que revelan los Exorcismos ha sido tomado de: Los Mensajes de Nuestra Señora de las Rosas (http://www.tldm.org/spanish/default.htm)
Testigo del papa impostor: una monja de la orden del Inmaculado Corazón de María ve el Papa Paulo VI y el papa impostor dentro de escasos minutos el uno del otro...
"Este impostor, a quien se le ha dado la imagen del Papa, Nuestro Vicario Pablo VI, posará y asumirá un papel de compromiso con el mundo.  Es el plan de los malignos que están a su derredor ... para desacreditar a vuestro Vicario colocándolo en blanco y negro y en fotografías en una posición comprometedora para destruirlo." – Nuestra Señora de las Rosas, 10 de Abril, 1976
Foto: note la prominente marca de nacimiento (lunar) entre el ojo y la oreja del verdadero Papa  (a la izquierda, foto tomada en 1973) y conspicuamente ausente en el impostor (derecha, foto tomada en 1977). Este lunar es claramente visible en la foto de abajo del Papa Paulo  VI durante una reunión con el Cardenal Mindszenty. También note la visible diferencia de la nariz.  El Papa Paulo tenía una nariz más larga, recta, puntiaguda.  El impostor tenía una nariz más corta y redondeada.

 
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El Papa Paulo VI reuniéndose con el Cardenal Mindszenty de Hungría (note la prominente y claramente visible marca de nacimiento (lunar) del Papa Paulo VI)
 
Transcripción de una declaración grabada en Octubre de 1989 por la  Sra. Anne De Lacey de Philadelphia, PA, en la cual describe una experiencia que su hermana, una monja de la orden del Corazón Inmaculada, tuvo con respecto al “doble” del Papa Paulo VI en Roma:
     "Mi hermana es una monja de la orden del Inmaculado Corazón.  Y durante los últimos diez años ella ha estado apostada durante los veranos en Stone Harbor, la casa de retiro de ellas, lo cual parece como un acto de Dios porque ella cree en (las apariciones) de Bayside. Solía suceder que la enviaban a alguna parroquia en el norte del estado de  Nueva York para enseñar CCD durante los veranos.  Ella no veía a las otras monjas.  Pero desde que ha estado en la costa ella puede ver a casi todas las dos mil monjas que vienen allí para sus vacaciones y retiros. 
     "Así que ella ha divulgado el mensaje de Bayside a muchas de ellas.  También se lo dijo a la Madre Superiora y ésta hasta le pidió que le leyera los mensajes cuando manejaba de regreso al convento, ustedes saben.  Pero ella le escribió a la monja local que no podría regresar a Bayside otra vez.  Y ella le preguntó a la Madre Superiora: '¿Si usted quiere leer éstos (mensajes) y creerlos, por qué ya no me permite ir a Bayside?'  Y le respondió: 'Bueno, no puedo pasar por encima del Obispo de Brooklyn.'  La Madre Superiora creía, pero no podía ir por arriba del Obispo (en cuanto a la autoridad).
     "Pues bien, regreso a la otra historia.  Así que ella les dijo a muchas de las monjas lo del 'papa impostor', y otras cosas.  Y una vez ella estaba en un pequeño cuarto.  Ella siempre recibía mensajes que yo le enviaba, y ella se los daba a las monjas que sí creían.  Ella les estaba contando algo de Bayside y otra monja, quien no creía, había oído y dijo: '¡Yo no creo eso!'.  Ella entró en el cuarto y tenía el libro de mi hermana o algo de la capilla.  Dijo: 'Bien, usted dejó este libro en la capilla' y dijo: '¿Qué les está contando ahora?' Mi hermana le respondió: 'Nunca creería lo que les estoy contando.' (Porque ella no creía en nada de lo demás.) La otra monja preguntó: '¿Qué les está contando?' Mi hermana respondió: 'Les estoy contando lo del papa impostor.'  Y la otra monja dijo: 'Oh, ¿usted se refiere a los dos papas en Roma?'  Y mi hermana contestó: 'Sí.' Y ella dijo: 'Eso sí lo creeré.'
 
 
Encuentro del Papa Paulo VI con la Madre Teresa de Calcuta (de nuevo, note una vez más la 
prominente marca de nacimiento (lunar) del Papa, claramente visible)
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http://www.tldm.org/spanish/news1/TestigoDelPapaImpostor.htm
     "Ahora esta monja que no creía en nada de lo demás dijo: 'Yo creeré eso.' Así que todas las monjas dijeron: 'Usted cree eso, entonces ¿por qué no cree en lo demás? ¿Cómo puede usted creer eso?' Ella respondió: 'Pues, yo estaba en Roma para la canonización de San Juan Newman.' Y siguió: 'cuando la Misa se había terminado—fue oficiada por el verdadero Papa Paulo VI; él estaba viejo y débil.  Y después de la Misa él bajó las gradas del altar con un sacerdote a cada lado para ayudarlo, y ellos se fueron hacia el lado de la Plaza de San Pedro, y entraron por una puerta de ese lado.' Esta monja los vio entrar allí y luego vio a otras personas entrar por la misma puerta por donde había entrado el Papa.  Ella pensó hacer lo mismo y vio al Papa.  Pero como no tenía un gafete de VIP como tenían las otras personas, el guardia vino y le dijo: 'Hermana, este es una recepción para dignatarios de todo el mundo.' Y agregó: 'Usted no tiene el gafete adecuado así que tengo que pedirle que salga.'
     "Ahora ella acababa de ver al Papa Paulo VI en ese cuarto.  Ella se regresó a la Plaza de San Pedro y miró hacia arriba porque todo el mundo estaba viendo hacia el balcón.  Ella miró para arriba y vio a otro papa, quien bendecía a las personas.  Y mi hermana le preguntó: 'Cómo es posible que si usted vio con sus propios ojos a los dos papas, ¿por qué no cree usted en Bayside?'  Por lo visto no tiene Luz, ella no tiene la gracia – ella contestó: 'Oh, todas las personas importantes tienen “dobles”."  Esa fue su explicación.  Ella no creía aún después de haberlo visto.  Pero todas las monjas en ese cuarto la escucharon decir que ella había visto esos dos papas."

Mensajes de la Virgen en Su Advocación de "Nuestra Señora de las Rosas" dados a la Vidente Verónica Lueken, y confirmados a los Profetas y Videntes Ángel Mensajero de la Santísima Trinidad, Rosa Celestial, Sierva Amorosa de María, Trueno de la Justicia y Sierva del Divino Cordero en México el 1° de Enero del 2012 en el Cerro del Tepeyac.

"Hija Mía, te traigo una triste noticia, una que debe darse a conocer a la humanidad... Nuestro querido Vicario, el Papa Pablo VI, sufre mucho en manos de aquellos en quien él confía...
     "No es capaz de llevar a cabo su misión.  Ellos lo han escondido, hija Mía.  Él está enfermo; él está muy enfermo.  Ahora hay alguien quien gobierna en su lugar, un impostor, creado por las mentes de los agentes de satanás.  Cirugía plástica, hija Mía - los mejores cirujanos fueron usados para crear a este impostor. 
     "¡Grítalo desde los tejados!  Él debe ser expuesto y removido.  Detrás de él, hija Mía, hay tres quienes se han entregado a satanás.  Vosotros no recibís la verdad en vuestra nación ni en el mundo. Vuestro Vicario está prisionero...
     "Antonio Casaroli, ¡condenaréis vuestra alma al infierno!  Giovanni Benelli, ¿qué camino habéis tomado?  ¡Estáis en el camino hacia el infierno y la condenación!  Villot, líder del mal, apartaos de esos traidores;  no sois desconocidos al Padre Eterno!" – Nuestra Señora de las Rosas, 27 de Septiembre, 1975 

Cardenal Giovanni Benelli quien falsificaba Correspondencia e Instrucciones del Papa Paulo VI, asociado en su secuestro y en el genocidio del Papa Juan Pablo I, junto con los cardenales Jean-Marie-Villot y Antonio Agostino Casaroli. 
Cardenal Antonio Casaroli, tercer cardenal que mantuvo bajo secuestro al Papa Paulo VI y falsificaba los Documentos Pontificios; participó en el magnicidio del Papa Juan Pablo I;  y es el mismo que encabezó el atentado contra el Papa Juan Pablo II

El Ministerio Internacional de Difusión Profética los invita a ver más Mensajes de la Santísima Virgen María y las Directrices del Cielo que se indican: (Acceder en: http://www.tldm.org/spanish/directives/directives.htm (Hay versión en Español) 

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El papa impostor. Note la nariz redondeada y más larga, la oreja más angosta
 
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Tercer Secreto: "Satanás entraría en los más altos reinos de la Jerarquía..."
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Vaticano II (Parte 2) – Nubes oscuras se forman antes del Vaticano II
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Vaticano II (Parte 3) – La revolución satánica gana momentum en el Concilio 
http://www.tldm.org/spanish/news1/VaticanoII-3.htm
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Modestia en el vestir: “La belleza nunca se expone”http://www.tldm.org/Spanish/news1/modestia1.htm
¿Debieran las mujeres cubrirse sus cabezas en la Iglesia?
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